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Mensajes Selectos Tomo 3
hermosura de la santidad. El lugar que debe ser sagrado, donde debe
reinar un silencio santo, y donde debe haber un orden, una limpieza y
una humildad perfectas, se convierte en una perfecta Babilonia y un
lugar donde reina confusión, desorden y suciedad. Esto es suficiente
para hacer que Dios esté ausente de nuestras asambleas y para que
su ira se encienda; suficiente para que a él no le agrade marchar con
los ejércitos de Israel a la batalla contra nuestros enemigos.
Dios no dio la victoria en la reunión que se celebró en -----.
Los enemigos de la fe triunfaron. Se desagradó a Dios. Su ira se
encendió porque su casa se convirtió en una Babilonia...
Por encima de todo, cuidad a vuestros niños durante el sábado.
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No permitáis que lo violen, porque el permitir que ellos lo violen, es
como violarlo vosotros mismos. Cuando les permitís a vuestros hijos
jugar [juegos comunes], en sábado, Dios os considera a vosotros
como violadores de los mandamientos. Vosotros transgredís sus
sábados.—
Manuscrito 3, 1854
.
No debe haber ruido tumultuoso y confusión
—Ellos [toda la
familia] vienen a la mesa sin liviandad. No debe permitirse ruido
tumultuoso y contención ningún día de la semana; pero el sábado
todos deben observar quietud. No deben oírse órdenes dadas con voz
fuerte en ningún tiempo; pero en el sábado esto está completamente
fuera de lugar. Este es el día santo de Dios, el día que él ha apartado
para conmemorar sus obras creadoras, un día que él ha santificado y
bendecido.—
Manuscrito 57, 1897
.
Buscando nuestro propio placer
—Digo a los que se llaman
adventistas del séptimo día: ¿Podéis reclamar el sello del Dios vivo?
¿Podéis afirmar que sois santificados por la verdad? Como pueblo,
no le hemos dado a la ley de Dios la preeminencia que debiéramos
haberle dado. Estamos en peligro de hacer lo que a nosotros nos
agrada en el día del sábado.—
Carta 258, 1907
.
No es un día para buscar el placer, nadar o jugar a la pelo-
ta
—Dios quiere que todos sus dones sean apreciados. Todos los
fragmentos, los ápices y las cosas mínimas deben atesorarse cuida-
dosamente, y debemos tratar de conocer con cuidado las necesidades
de otro. Todo lo que tenemos como verdad bíblica no es sólo para
nuestro beneficio, sino para impartirlo a las demás almas, y esto ha
de impresionarse en las mentes humanas; y debe usarse toda palabra