Página 290 - Mensajes Selectos Tomo 3 (2000)

Basic HTML Version

Capítulo 36—La Hna. White y la oración por los
enfermos
Algunos han hecho la pregunta: “¿Ha sanado a los enfermos
la Hna. White?” Contesto: “No, no; la Hna. White fue llamada
a menudo a orar por los enfermos, y a ungirlos con aceite en el
nombre del Señor Jesús, y ella pidió para ellos el cumplimiento de la
promesa: ‘La oración de fe salvará [sanará] al enfermo’”.
Santiago
5:15
. Ningún poder humano puede sanar al enfermo, pero por medio
de la oración de fe, el poderoso Sanador ha cumplido su promesa
en favor de los que han invocado su nombre. Ningún poder humano
puede perdonar o salvar al pecador. Nadie puede hacerlo fuera de
Cristo, el misericordioso Médico del cuerpo y del alma.
A menudo he tenido el privilegio de orar por los enfermos. De-
bemos hacer esto mucho más frecuentemente de lo que lo hacemos.
Si se ofrecieran más oraciones en nuestros sanatorios por la cura-
ción de los enfermos se vería el poder extraordinario del Sanador
celestial. Muchos más serían fortalecidos y bendecidos, y muchas
más enfermedades agudas serían sanadas.
El poder de Cristo para detener la enfermedad se ha visto en lo
pasado de una manera notable. Antes de que tuviéramos la bendición
de poseer instituciones donde los enfermos pudieran obtener ayuda
[339]
en su sufrimiento, obteníamos éxito en los casos aparentemente más
desesperados, usando tratamientos diligentes y fervientes oraciones
con fe en Dios. Hoy en día el Señor invita a los que sufren a tener fe
en él. La necesidad del hombre es la oportunidad de Dios se cita a.
Marcos 6:1-5
...
La oración sencilla y ferviente ha de acompañar los
tratamientos
Junto con todos nuestros tratamientos dados a los enfermos,
deben ofrecerse oraciones sencillas y fervientes implorando la ben-
dición del sanamiento. Debemos señalar a los enfermos al compasivo
286