Página 297 - Mensajes Selectos Tomo 3 (2000)

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Los adventistas del séptimo día y los pleitos o juicios
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Consejo a un creyente que amenazaba con entablar juicio
Cuando Ud. inició ese juicio contra R, yo dije: “Si S ha ido
hasta el punto de entrar en ese negocio, será una mancha sobre su
vida”. Me entristecí por su conducta en este asunto. Yo sé que no
está bien, y que no aliviará en nada la situación de Ud. Es sólo una
manifestación de la sabiduría que no viene de arriba.
Se me informó que Ud. intentaba iniciar un juicio contra mí,
demandándome porque Ud. ha sido perjudicado por los testimonios
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dados con relación a su caso. Recibí una carta en la cual me amena-
zaba con entablarme juicio si yo no reconocía que lo he perjudicado.
Ahora bien, yo apenas podía creer que Ud. había ido tan decidida-
mente al terreno del enemigo, conociendo la obra de mi vida tan
bien como Ud. la conoce.
Todo lo que yo le he escrito, toda palabra del consejo, era verdad.
No necesito retractarme de nada. He hecho sólo lo que sé que era mi
deber hacer. Mi único motivo al publicar el asunto era la esperanza
de salvarlo. No tenía otro pensamiento que el de sincera piedad y
amor por su alma. Ud. mismo sabe que tengo gran interés en su
alma...
Si alguien trata de ponerme obstáculos en mi obra recurriendo
a la ley, no suprimiré ni una sola jota de los testimonios dados. La
obra en la cual yo estoy empeñada no es mi propia obra. Es la obra
de Dios, que él me ha dado para hacer. Yo no creí que Ud. haría
una cosa tan terrible como levantar su mano finita contra el Dios del
cielo. Quienquiera haga una obra tal; pero no permita que sea Ud...
Quiero decirle: No exija sin derecho dinero de nadie, debido a
palabras habladas contra Ud. o los suyos. Si lo hace, Ud. mismo se
perjudica. Si miramos a Jesús, Autor y Consumador de nuestra fe,
nos será posible orar: “Señor, perdónanos nuestras deudas, como
también nosotros perdonamos a nuestros deudores”.
Mateo 6:12
.
Jesús no se valió de la ley para lograr reparaciones cuando fue
injuriado, no contestó con injurias; cuando fue amenazado, no ejerció
represalias.—
Carta 38, 1891
.
Precisamente aquello que Dios les dijo que no hicieran
—He
escrito extensamente en cuanto a cristianos que creen en la verdad
y que llevan sus casos a las cortes de justicia para obtener compen-
saciones. Al hacerlo se están mordiendo y devorando unos a otros,