324
Mensajes Selectos Tomo 3
Todas las cosas debían hacerse a su gusto
—El caso del Hno.
U ha sido un caso difícil de manejar. El ha sido como un niño
indisciplinado y mal educado. Cuando se han levantado objeciones
con respecto a su forma de obrar, en lugar de aceptar el reproche
como una bendición, ha permitido que sus sentimientos dominaran
en lugar de su mejor juicio, y se ha sentido desanimado y no ha
querido hacer nada. Si no podía hacer todas las cosas como deseaba,
si no se hacía todo a su gusto, se negaba totalmente a colaborar.
No se dedicaba con fervor de la tarea de reformar su manera de
[382]
proceder, sino que se entregaba a sentimientos de obstinación que
lo separaban de los ángeles y hacían acudir a los malos espíritus a
su alrededor. La verdad de Dios recibida en el corazón comienza su
influencia refinadora y santificadora en el modo de vivir.
El Hno. U creía que cantar era más o menos lo más grande
que puede hacerse en este mundo, y que él tenía una manera muy
excelente de hacerlo.
Sus cantos están muy lejos de agradar al coro angelical. Imagíne-
se a Ud. mismo en medio del grupo angélico elevando sus hombros,
destacando sus palabras, contorsionando su cuerpo y elevando su
voz hasta su máximo volumen. ¿Qué clase de concierto y de armonía
hay en una exhibición tal hecha delante de los ángeles?
El poder de la música
—La música es de origen divino. Hay
gran poder en ella. Fue la música de la hueste angelical la que
emocionó el corazón de los pastores en las llanuras de Belén y
alcanzó el mundo entero. Es mediante la música como nuestras
alabanzas se elevan a Aquel que es la personificación de la pureza
y la armonía. Es con música y con cantos de victoria como los
redimidos entrarán finalmente en la recompensa eterna.
Hay algo particularmente sagrado en la voz humana. Su armonía
y su rasgo sentimental suave e inspirado por el cielo excede todo
instrumento musical. La música vocal es uno de los dones que Dios
ha dado a los hombres, un instrumento que no puede ser igualado, y
menos aún superado, cuando el amor de Dios abunda en el alma. El
cantar con el espíritu y el entendimiento es además una gran adición
a los servicios devocionales en la casa de Dios.
¡Cómo ha sido prostituido este don! Santificado y refinado haría
un gran bien quebrantando las barreras del prejuicio y la incredulidad
empedernida, y sería el medio de convertir almas. No es suficiente
[383]