El caso de los Hnos. Mackin
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W. C. White:
Son ahora las doce. ¿No les gustaría descansar
antes de comer?
Elena de White:
Bueno, yo no podía dejarlos que se fueran
sin decir lo que he dicho. Yo diría: tengan cuidado. No permitan
que aparezca nada que sepa a fanatismo, y que otros representarían
dramáticamente. Hay algunos que están ansiosos de exhibirse, y
ellos harán algo dramático con cualquier cosa que Uds. hagan, ya
sea del mismo tenor o no. Yo he sido muy cuidadosa de no suscitar
cualquier cosa que sea extraña entre la gente.
R. Mackin:
¿Pero no es cierto que cuando el Espíritu Santo
venga, como se declara en sus libros, muchos se volverán contra él
y declararán que es fanatismo?
Elena de White:
Por supuesto que lo harán; y por esta razón
debemos ser muy cuidadosos. Es por medio de la Palabra—no por
sentimientos ni excitación—como queremos influenciar a la gente
a obedecer la verdad. Sobre la plataforma de la Palabra de Dios
podemos estar en pie con seguridad. La Palabra viva está repleta de
evidencia, y un poder maravilloso acompaña su proclamación en
nuestro mundo.
R. Mackin:
Bien, no debemos cansarla a Ud.
Sra. Mackin:
¡Alabado sea Dios!
Elena de White
(mientras se pone de pie y estrecha las manos):
Deseo que el Espíritu de Dios esté con Ud., y con Ud., y conmigo.
Debemos ser como niñitos delante de Dios. El poder de su gracia
no debe ser malentendido. Debemos tenerlo con toda mansedumbre
y humildad de mente, para que Dios mismo pueda impresionar las
mentes de la gente. Espero que el Señor los bendiga y les dé un
sólido fundamento, y ese fundamento es la Palabra del Dios vivo
Manuscrito 115
, 1908, publicado en
The Review and Herald, 10, 17
[429]
y 24 de agosto de 1972
.
El señor dio luz
Sr. Ralph Mackin y Sra.,
Querido hermano y hermana,
Hace poco, en visiones de la noche [diciembre 10] se me pre-
sentaron algunos asuntos que debo comunicarles. Se me mostró
que Uds. están haciendo algunos errores lamentables. En el estudio