Página 367 - Mensajes Selectos Tomo 3 (2000)

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El caso de los Hnos. Mackin
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Mis queridos jóvenes amigos, las almas de Uds. son preciosas a
la vista del cielo. Cristo los ha comprado con su propia sangre pre-
ciosa, y yo no quisiera que estuvieran albergando una falsa esperanza
y trabajando con métodos falsos. No hay duda de que Uds. están
ahora en un falso camino, y les ruego, por sus almas, que no pongan
por más tiempo en peligro la causa de la verdad para estos últimos
días. Por amor de sus propias almas, consideren que la manera en la
cual están trabajando no es la forma en que se hará avanzar la obra
de Dios. El sincero deseo de hacer bien a otros inducirá al obrero
cristiano a apartar todo pensamiento de introducir en el mensaje de
la verdad presente cualquier enseñanza extraña que induzca a los
hombres y mujeres al fanatismo. En esta época de la historia del
mundo, debemos ejercer el mayor cuidado en este respecto.
Algunas de las fases de la experiencia por la cual Uds. están
pasando, no sólo ponen en peligro sus propias almas, sino las de
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muchos otros, porque Uds. echan mano de las preciosas palabras de
Cristo como se registran en las Escrituras, y a los
Testimonios,
para
atestiguar el carácter genuino del mensaje de Uds. Al suponer que la
preciosa Palabra, que es veracidad y verdad, y los
Testimonios,
que el
Señor ha dado a su pueblo, son la autoridad de Uds., están engañados.
Uds. son movidos por impulsos equivocados, y están animándose a
sí mismos con declaraciones que guían a error. Intentan hacer que la
verdad de Dios sostenga falsos sentimientos y acciones incorrectas,
que son inconsecuentes y fanáticas. Esto hace diez veces más difícil,
aun veinte veces más difícil la obra que la iglesia tiene que hacer para
familiarizar a la gente con las verdades del mensaje del tercer ángel
Carta 358a, 1908
, publicada parcialmente en
Mensajes Selectos
2:51-52
Otra referencia a la posesión de demonios
Anoche se me dio instrucción para nuestro pueblo. Me parecía
estar en una reunión donde se representaba la obra extraña del Hno.
Mackin y su esposa. Se me dijo que era una obra similar a la que se
había llevado a cabo en Orrington, en el Estado de Maine, y en varios
otros lugares después del cumplimiento de la fecha de 1844. Se me
pidió que hablara decididamente contra esta actividad fanática.