Página 404 - Mensajes Selectos Tomo 3 (2000)

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Mensajes Selectos Tomo 3
prendernos de nada que ocurra ahora. No necesitamos maravillarnos
de ningún suceso de horror. Los que pisotean bajo sus malvados pies
la ley de Dios tienen el mismo espíritu que poseyeron los hombres
que insultaron y traicionaron a Jesús. Sin ninguna contrición de
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conciencia harán las obras de su padre el diablo...
Los que eligen a Satanás como su gobernante revelarán el espí-
ritu del señor que han elegido, quien produjo la caída de nuestros
primeros padres. Al rechazar al divino Hijo de Dios, la personifica-
ción del único verdadero Dios, que poseía bondad, misericordia y
amor incansable, cuyo corazón siempre fue tocado por la desgracia
humana, y al aceptar a un homicida en su lugar, el pueblo mostró
lo que la naturaleza humana puede hacer y hará, cuando el Espíritu
restrictivo de Dios sea quitado y los hombres queden sometidos al
gran apóstata. Precisamente, en el grado en que la luz sea rechazada
habrá engaños, confusión y mentira. Los que rechazan a Cristo y
eligen a Barrabás trabajarán guiados por un ruinoso engaño. Las
falsedades, y el escuchar testigos falsos, aumentarán bajo la abierta
rebelión.
Unidos en un temerario compañerismo
—Cristo muestra que
sin el poder controlador del Espíritu de Dios, la humanidad es un
poder terrible para el mal. La incredulidad, el odio del reproche,
suscitarán influencias satánicas. Los principados y potestades, los
gobernantes de las tinieblas de este mundo, y las huestes espiritua-
les de maldad en las regiones celestes, se unirán en un temerario
compañerismo. Se aliarán contra Dios en la persona de sus santos.
Mediante falsedades y engaños desmoralizarán a hombres y mujeres
que, según todas las apariencias, parecen creer en la verdad. No
faltarán falsos testigos en esta obra terrible...
Después de hablar del fin del mundo, Jesús vuelve [se refiere] a
Jerusalén, la ciudad entonces sentada con orgullo y arrogancia, y que
dice: “Yo estoy sentada como reina... y no veré llanto”.
Apocalipsis
18:7
. Cuando el ojo profético de Jesús se detiene sobre Jerusalén, él
ve que así como ella fue entregada a la destrucción el mundo será
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entregado a la ruina. Las escenas que ocurrieron en la destrucción
de Jerusalén se repetirán en el día grande y terrible del Señor, pero
de una manera más tremenda...
Cuando los hombres abandonan toda restricción e invalidan la
ley de Dios, cuando establecen su propia ley pervertida y tratan de