Página 417 - Mensajes Selectos Tomo 3 (2000)

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La última gran lucha
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“Quitadles las vestimentas viles con que hombres malvados se
han deleitado en vestirlos, dadles nuevos atavíos, mantos blancos de
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justicia, y poned una mitra limpia en sus cabezas”.
Aparecen victoriosos en el gran conflicto
—Fueron [entonces]
vestidos con ropajes más ricos que los que hayan usado alguna vez
los seres terrenales. Fueron coronados con diademas de gloria como
ojos mortales nunca han contemplado. Han pasado los días de repro-
che, de necesidad, de hambre; las lágrimas quedaron atrás. Entonces
prorrumpen en cánticos, elevados, claros, musicales. Ondean las
palmas de victoria, y exclaman: “La salvación pertenece a nuestro
Dios que está sentado en el trono, y al Cordero”.
Apocalipsis 7:10
.
¡Ojalá que el Señor nos invista con su Espíritu Santo y nos haga
fuertes en su fuerza! En ese gran día de triunfo supremo y final se
verá que los justos eran fuertes, y que la maldad en todas sus formas
y con todo su orgullo era un fracaso y una derrota débil y miserable.
Nos aferramos entonces a Jesús, confiaremos en él, buscaremos su
gracia y su gran salvación. Debemos escondernos en Cristo, porque
él es escondedero en la tormenta y ayuda presente en el tiempo de la
angustia.—
Carta 6, 1884
.
Dos filas de ángeles escoltan a los santos en la ciudad de
Dios
—El dador de la vida viene para quebrantar las cadenas de
la tumba. Traerá consigo a los cautivos y proclamará: “Yo soy la
resurrección y la vida”.
Juan 11:25
. Allí está en pie la hueste de
los resucitados. El último pensamiento fue el de la muerte y sus
agonías. Los últimos pensamientos que ellos tuvieron eran acerca
de la tumba, pero ahora proclaman: “¿Dónde está, oh muerte, tu
aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?
1 Corintios 15:55
. Las
agonías de la muerte fueron las últimas cosas que sintieron...
Cuando ellos despierten, todos los dolores habrán pasado. “¿Don-
de [está] oh, sepulcro, tu victoria?” Aquí están en pie, se coloca sobre
ellos el toque final de la inmortalidad, y ascienden a encontrarse con
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el Señor en el aire. Los portales de la ciudad de Dios giran sobre sus
goznes, y las naciones que han guardado la verdad entran.
Allí están las filas de ángeles a ambos lados, y los redimidos de
Dios caminan entre querubines y serafines. Cristo les da la bienveni-
da y pone sobre ellos su bendición: “Bien, buen siervo y fiel... entra
en el gozo de tu Señor”.
Mateo 25:21
. ¿Qué es ese gozo? El mira el
trabajo de su alma, y está satisfecho. Para eso trabajamos.