Página 443 - Mensajes Selectos Tomo 3 (2000)

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Apéndice C
439
Otro propósito perseguido por la lectura de la historia y el libro
titulado
Life of Our Lord
y
Life of St. Paul,
fue que al hacerlo recor-
dó vívidamente escenas presentadas claramente en visión, pero que
durante el transcurso de los años, a través de su laborioso ministerio,
palidecieron en su memoria.
Muchas veces en la lectura de Hanna, Farrar, o Fleetwood, trope-
zaba con una descripción o una escena que le había sido vívidamente
presentada, que había olvidado, pero que ahora podía describirla
detalladamente en forma más abarcante de lo que había leído.
A pesar de todo el poder que Dios le había dado para presentar
las escenas de la vida de Cristo y de los apóstoles, así como de
sus profetas y reformadores, de una manera más poderosa y más
significativa que otros historiadores, no obstante ella sentía más
agudamente los resultados de su falta de preparación escolar. Se
admiraba del lenguaje en que otros escritores habían expuesto a sus
lectores las escenas que Dios le había presentado a ella en visión, y
encontró que era tanto un placer como una conveniencia y economía
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de tiempo utilizar el lenguaje de ellos, en forma total o parcial,
para presentar las cosas que sabía por revelación, y que anhelaba
transmitir a sus lectores.
En muchos de los manuscritos que provenían de sus manos
se usaban comillas. En otros casos, éstas no se empleaban; y su
hábito de usar partes de sentencias halladas en escritos ajenos, y
de completar una parte con su propia redacción, no se basaba en
ningún plan definido, ni fue cuestionado por sus copistas o ayudantes
literarios hasta más o menos 1885, y en lo sucesivo.
Cuando algunos críticos señalaron este detalle de sus obras co-
mo una razón para dudar del don que le había permitido escribir,
ella les prestaba poca atención. Más tarde, cuando se presentó la
queja de que esto era una injusticia para otros publicadores y escri-
tores, ella hizo un cambio decidido: un cambio con el cual Ud. está
familiarizado.
Yo creo, Hno. Froom, que no puedo declarar con suficiente fre-
cuencia el hecho de que la mente de la Hna. White era agudamente
activa con referencia al contenido de los artículos publicados en
nuestros periódicos y a los capítulos de sus libros, y que ella tenía la
ayuda del cielo, y era notablemente aguda para descubrir cualquier
error hecho por los copistas o por los correctores. Esta condición