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Mensajes Selectos Tomo 3
da y pisoteada. Lo vi a Ud. rodeado de hombres que lo estaban
identificando con el mundo.—
Carta 239, 1903
.
Parte de la obra que ha sido hecha [en favor de los desechados]
es presentada como hombres que hacían rodar colina arriba grandes
piedras con gran esfuerzo, y que cuando estaban a punto de llegar a
la cumbre de la colina, las dejaban rodar de nuevo hasta el fondo.
Los hombres tenían éxito en llevar sólo unas pocas hasta la cumbre.
En la obra hecha por los degradados, ¡qué esfuerzo ha exigido al-
canzarlos, qué gastos, y luego persuadirlos a resistir al apetito y las
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bajas pasiones!—
Carta 232, 1899
.
Capacitada para comprender visiones simbólicas
—Mi men-
te y mis percepciones están todavía claras. Lo que el Señor me
presenta en símbolo, él me permite entenderlo.—
Carta 28, 1907
.
Advertida acerca del peligro que amenazaba a un médico
—
En una visión que tuve anoche lo vi a Ud. escribiendo. Uno miraba
por encima de su hombro y dijo: “Ud. amigo mío, está en peligro...”
Permítame que le relate una escena que presencié mientras estaba
en Oakland. Angeles vestidos con hermosos atavíos, como ángeles
de luz, escoltaban al Dr. A de un lugar a otro, y lo inspiraban a hablar
palabras llenas de jactancia pomposa que eran ofensivas para Dios.
Inmediatamente después de la conferencia en Oakland, el Señor
me presentó una escena durante la noche, en la cual Satanás, vestido
del disfraz más atractivo, estaba acercándose afanosamente al lado
del Dr. A. Yo vi y escuché mucho. Noche tras noche me sentí
presionada con agonía de alma al ver a este personaje hablando con
nuestro hermano.—
Carta 220, 1903
.
Revelado como un relámpago luminoso
—Se hace la pregunta:
¿Cómo tiene noticias la Hna. White de asuntos de los cuales ella
habla tan decididamente, como si tuviera autoridad para decir estas
cosas? Hablo así [responde ella] porque resplandecen en mi mente
cuando estoy en perplejidad como relámpago en una noche oscura
en la furia de la tormenta. Algunas escenas presentadas delante de
mí hace años no han sido retenidas en mi memoria, pero cuando
la instrucción que entonces me fue dada se necesitó, a veces, aun
mientras estaba de pie delante del pueblo, me ha venido el recuerdo
en forma precisa y clara como un relámpago luminoso
trayendo
a mi mente en forma precisa la instrucción particular. En tales
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ocasiones no puedo dejar de decir las cosas que brillan en mi mente,