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Mensajes Selectos Tomo 3
debo escribir. Ello resulta tan sencillo y claro como una voz que
me hablara: “Te instruiré y enseñaré en los caminos en que debes
andar”. “Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará [hará
sencillos] tus senderos”.—
Manuscrito 89, 1900
.
Estoy muy ocupada en mis escritos. Temprano y tarde, estoy
redactando los asuntos que el Señor abre delante de mí. La preocu-
pación de mi obra es preparar a un pueblo que esté en pie en el día
del Señor
Carta 371, 1907
. Publicada en
Writing and Sending Out
of the Testimonies to the Church, 15
.
La integridad en su mensaje
—Hablo de lo que he visto y de
lo que sé que es verdad.—
Carta 4, 1896
.
En el desempeño de mi obra hablo las cosas que Dios me mues-
tra. Y en las palabras que os dirijo... [yo no] me atrevería a decir que
el Señor no me indujo a hacer las observaciones que he hecho en
esa presentación desde el principio hasta el fin.—
Carta 18d, 1890
.
Escribo todas las cosas que el Señor me da para escribir.—
Carta
52, 1906
.
Un testimonio expresado en sus propias palabras
—Aunque
dependo tanto del Espíritu de Dios para escribir mis visiones como
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para recibirlas, sin embargo las palabras que empleo para describir
lo que he visto son mis propias palabras, a menos que ellas me
hayan sido dictadas por un ángel, las cuales siempre pongo entre
comilla
The Review and Herald, 8 de octubre de 1867
.
Debo escribir estas cosas una y otra vez
—He presentado fiel-
mente por escrito las advertencias que el Señor me ha dado. Ellas han
sido impresas en libros, y sin embargo no puedo dejar de repetirlas.
Debo escribir estas mismas cosas una y otra vez. No pido ser exo-
nerada de esta obligación. Mientras el Señor me prolongue la vida,
debo continuar presentando estos fervientes mensajes.—
Manuscrito
21, 1910
.
La comprensión que Elena de White tenía de sus propios
escritos
—
a. Los Testimonios:
Los que cuidadosamente leen los testimonios
así como aparecieron desde los primeros días, no necesitan estar
perplejos en cuanto a su origen. Los muchos libros escritos con la
ayuda del Espíritu de Dios dan un testimonio vivo del carácter de
los testimonios.—
Carta 225, 1906
;
Mensajes Selectos 1:56
.