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Mensajes Selectos Tomo 3
cincuenta años, que manifestarla a quien no ha tenido esta disciplina
y educación? Tenga la bondad de considerar estas cosas.—
Carta
115, 1895
.
No se atrevía a hablar cuando no había luz especial
—A me-
nudo me hallo en la posición en que no me atrevo a asentir ni a
disentir con una proposición que me sea sometida, pues existe peli-
gro de que cualquier palabra que hable pueda ser conceptuada como
algo que el Señor me ha dado. No es siempre seguro que yo exprese
mi propio juicio, porque a veces, cuando alguien desea llevar a ca-
bo su propio plan, considerará cualquier palabra favorable que yo
diga como una luz especial del Señor. Seré cautelosa en todos mis
movimientos.—
Carta 162, 1907,p.2
.
[68]
[
Acuerdo del Congreso de la Asociación General sobre inspiración: “Creemos que
la luz dada por Dios a sus siervos es para iluminación de la mente, para impartir los
pensamientos, y no (excepto en casos raros) las palabras exactas en las cuales la idea
debiera expresarse” (Acuerdos de la Asociación General,
The Review and Herald, 27 de
noviembre de 1883
).
]
Véase
la nota 2:35
.
Nota:
[
Exceptuando lo que versaba acerca de asuntos cotidianos o biográficos, lo que la
Sra. White presentaba delante del pueblo se basaba en visiones que le eran dadas, sea
que ella usara o no la expresión “Yo vi”. Ella, en su tiempo, como nosotros hoy, no hacía
diferencia entre libros y cartas, etc., sino entre lo sagrado y lo común. Nadie necesita estar
confundido.
La Sra. White decididamente omitió todas las expresiones tales como: “Yo vi” y “Se me
mostró”, en los libros destinados al público en general, no fuera que los lectores, por no
estar familiarizados con su experiencia vieran sus mentes distraídas del mensaje mismo.
Uno busca en vano a través de los cinco volúmenes de la “Serie conflicto”—
Patriarcas y
profetas, Profetas y reyes, El conflicto de los siglos, El Deseado de todas las gentes
y
Los
hechos de los apóstoles
—una expresión semejante. Pero en su Introducción al
Conflicto
de los siglos,
el primero de la serie que apareció en 1888, y en otros libros, ella declara
que presenció algunos sucesos y que se le “mandó que diese a conocer a otros lo que se
[le] había mostrado” (p. 13). Véase también
El camino a Cristo, El discurso maestro de
Jesucristo, Palabras de vida del gran Maestro, Educación y El ministerio de curación
.
“La Hna. White no fue la originadora de estos libros”, escribió ella.
]