Página 58 - Mensajes Selectos Tomo 3 (2000)

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Mensajes Selectos Tomo 3
El Espíritu Santo da palabras apropiadas
—La bondad que el
Señor me ha manifestado es muy grande. Alabo su nombre porque
mi mente está clara en cuanto a los temas bíblicos. El Espíritu de
Dios obra sobre mi mente y me da palabras apropiadas con las cuales
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expresar la verdad. También me siento muy fortalecida cuando estoy
delante de grandes congregaciones.—
Carta 90, 1907
.
El Espíritu de Dios ayuda a escoger las palabras adecua-
das
—Trato de captar las mismas palabras y expresiones presentadas
con referencia a este asunto, y mientras mi pluma vacila un momen-
to, las palabras adecuadas vienen a mi mente.—
Carta 123, 1904
.
Cuando escribía estos libros preciosos, si yo titubeaba, me era
dada la palabra que precisamente necesitaba para expresar la idea.—
Carta 265, 1907
.
Escogiendo cuidadosamente las palabras
—Siento un intenso
anhelo de usar palabras que no le den a nadie la oportunidad de
sostener sentimientos erróneos. Debo usar palabras que no sean mal
entendidas y signifiquen lo opuesto de lo que me propongo que
signifiquen.—
Manuscrito 126, 1905
.
Ni una sola frase herética
—Estoy ahora revisando mis diario
y algunas copias de cartas escritas durante varios años en lo pasado...
Tengo el más precioso tema para reproducir y colocar delante del
pueblo en forma de testimonio. Aunque puedo hacer esta obra, la
gente debe tener cosas para reproducir la historia pasada, a fin de que
pueda ver que hay una cadena recta de verdad sin una sola sentencia
herética en lo que he escrito. He sido instruida en el sentido de
que ésta ha de ser una carta viva dirigida a todos con respecto a mi
fe.—
Carta 329a, 1905
.
Primero una presentación general, luego una aplicación es-
pecífica
—Yo era llevada de la pieza de un enfermo a otra, en el lugar
donde el doctor B era el médico. En algunos casos me entristecía
mucho al notar una gran deficiencia. El no tenía suficiente conoci-
miento para entender lo que el caso demandaba y lo que era esencial
que se hiciera para luchar contra la enfermedad.
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La Persona con autoridad que a menudo me ha instruido, dijo:
“Joven, Ud. no es un estudiante atento. Apenas toca la superficie.
Ud. debe hacer un estudio profundo, aprovechar sus oportunidades
y aprender más; y las lecciones que aprenda, debe aprenderlas bien.
Ud. es superficial. Es algo solemne tener a su cargo vidas humanas,