Página 134 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 3 (2004)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 3
Dios, miembros de la familia real, hijos del Rey celestial. “Salid de
en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo;
y yo os recibiré”.
2 Corintios 6:17
. Dios ama a estos jóvenes, y si
ellos siguen las sugerencias de su Espíritu y caminan en su consejo,
él será su fuerza.
Dios le ha dado al hermano A Y buenas aptitudes, percepciones
rápidas y una buena comprensión de su Palabra. Si su corazón
estuviera santificado, podría ejercer una influencia para bien sobre
sus hermanos, como también sobre sus vecinos y sobre aquellos con
quienes se relaciona. Pero el amor al dinero se ha apoderado tan
firmemente de su alma, y ha estado tan entrelazado con todas las
transacciones de la vida, que se ha amoldado al mundo en vez de ser
transformado mediante la renovación de la mente. Sus facultades
se han pervertido y degradado por el amor sórdido a las ganancias,
lo que lo ha vuelto egoísta, tacaño y arrogante. Si sus cualidades
hubieran sido puestas en uso activo en el servicio de su Maestro,
en vez de ser usadas para servir sus propios intereses egoístas, las
cualidades mentales que Dios le ha dado le impartirían energía,
humildad y eficiencia a su carácter, lo que necesariamente impondría
respeto y le daría influencia sobre todos aquellos con quienes se
relacionara.
Se me mostró que la propiedad dejada por el padre había sido
ciertamente una raíz de amargura para sus hijos. Había perturbado
grandemente su paz y felicidad, y su confianza mutua. El hermano A
Y no necesitaba la propiedad de su padre. Tenía suficientes talentos
para manejar lo que Dios le había confiado a fin de administrarlo.
Si hiciera un arreglo adecuado para distribuir lo que tenía, al menos
estaría entre aquellos que fueron fieles en lo pequeño. La adición de
la administración de la propiedad de su padre, que él había deseado
codiciosamente, era una responsabilidad más pesada que lo que él
podía manejar.
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Por varios años el amor al dinero ha estado extirpando el amor
a la humanidad y el amor a Dios. Y como los recursos de su padre
estaban a su alcance, deseaba retener en sus manos todo lo que le
fuera posible. Se condujo en forma egoísta hacia sus hermanos por-
que estaba en una situación ventajosa y podía hacerlo. Sus hermanos
no tuvieron los debidos sentimientos. Sintieron amargura hacia él.
Él se ha beneficiado grandemente a expensas de otros, hasta que su