Página 180 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 3 (2004)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 3
de Israel querían tener carne y dijeron, como muchos dicen ahora:
Moriremos sin carne. Dios le dio carne al rebelde Israel, pero la
maldición divina estaba con ello. Miles de ellos murieron mientras
la carne que deseaban todavía estaba entre sus dientes. Tenemos el
ejemplo del antiguo Israel y la advertencia de no hacer como ellos
hicieron. Su historia de incredulidad y rebelión ha sido registrada
como una advertencia especial para que no sigamos su ejemplo de
murmurar ante los requerimientos de Dios. ¿Cómo podemos seguir
tan indiferentemente, eligiendo nuestro propio curso de acción, si-
guiendo tras la vista de nuestros ojos, y apartándonos más y más
de Dios, como lo hicieron los hebreos? Dios no puede hacer cosas
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grandes por su pueblo a causa de su dureza de corazón y de su
incredulidad pecaminosa.
Dios no hace acepción de personas; pero en cada generación los
que temen al Señor y obran justicia son aceptos por él; mientras que
aquellos que están murmurando, que son incrédulos y rebeldes, no
tendrán el favor divino ni las bendiciones prometidas a aquellos que
aman la verdad y caminan en ella. Las personas que tienen la luz y
no la siguen, sino que hacen caso omiso de los requerimientos de
Dios, encontrarán que sus bendiciones se convertirán en maldiciones
y sus misericordias en juicios. Dios desea que aprendamos humildad
y obediencia mientras leemos la historia del antiguo Israel, quienes
fueron su pueblo escogido y peculiar, pero que acarrearon sobre sí
su propia destrucción al seguir sus propios caminos.
La religión de la Biblia no es dañina para la salud del cuerpo o
de la mente. La influencia del Espíritu de Dios es la mejor medicina
que un hombre o una mujer enfermos pueden recibir. El cielo es todo
salud, y cuanto más profundamente se comprendan las influencias
celestiales más segura será la recuperación del enfermo que cree.
En algunas otras instituciones de salud estimulan la práctica de
diversiones, representaciones dramáticas y bailes para producir una
excitación, pero temen el resultado de un interés religioso. La teoría
del Dr. Jackson en este respecto no sólo es errónea sino también
peligrosa. Sin embargo él ha hablado sobre esto de un modo tal
que, si sus instrucciones fueran escuchadas, los pacientes serían
inducidos a pensar que su recuperación depende de tener tan pocos
pensamientos acerca de Dios y el cielo como sea posible. Es verdad
que hay personas con mentes desequilibradas que se imaginan ser