Página 269 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 3 (2004)

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Testimonios directos en la iglesia
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que les hemos dado. Piensan que el problema está con los que comu-
nican el mensaje de advertencia, que señalan los pecados del pueblo
y corrigen sus errores. Muchos son engañados por el adversario
de las almas. Piensan que las labores de los esposos White serían
aceptables si no estuvieran continuamente condenando el error y
reprendiendo el pecado. Se me mostró que Dios nos ha impuesto
este trabajo, y cuando se nos impide reunirnos con su pueblo y dar
nuestro testimonio y contrarrestar las conjeturas y celos de los no
consagrados, entonces Satanás presiona muy fuertemente con sus
tentaciones. Las personas que siempre toman el lado de las objecio-
nes y las dudas, se sienten libres para sugerir sus dudas e insinuar
su incredulidad. Algunos tienen dudas santurronas y aparentemente
muy concienzudas y piadosas, que dejan caer cautelosamente, pe-
ro que tienen diez veces más poder para fortalecer a los que están
equivocados, y reducir nuestra influencia y debilitar la confianza del
pueblo de Dios en nuestra obra, que si las presentaran más franca-
mente. Vi que estas pobres almas están engañadas por Satanás. Se
hacen la ilusión de que están en lo correcto, que disfrutan del favor
de Dios y que son ricos en discernimiento espiritual, cuando son
pobres, ciegos y miserables. Están haciendo la obra de Satanás, pero
piensan que tienen un celo por Dios.
Algunos no recibirán el testimonio que Dios nos ha dado para
transmitir, lisonjeándose de que nosotros podemos estar engañados y
que ellos pueden estar en lo correcto. Piensan que el pueblo de Dios
no necesita reproches ni que se lo trate en forma directa, pero que
Dios está con ellos. Estos tentados, cuyas almas han estado siempre
en guerra con la fiel reprensión del pecado, clamarán: Háblennos
cosas agradables. ¿Qué harán ellos con el mensaje del Testigo Fiel a
los laodicenses? No podemos engañarnos aquí. Los siervos de Dios
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deben dar este mensaje a una iglesia tibia. Debe despertar a su pueblo
de su seguridad y de su engaño peligroso respecto a su verdadera
posición ante Dios. Este testimonio, si es recibido, despertará a la
acción y conducirá a la humillación propia y la confesión de los
pecados. El Testigo Verdadero dice: “Yo conozco tus obras, que ni
eres frío ni caliente”.
Apocalipsis 3:15
. Y nuevamente: “Yo reprendo
y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete”.
vers.
19
. Luego viene la promesa: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo;
si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y