Página 271 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 3 (2004)

Basic HTML Version

La lucha contra el espíritu de Dios
Aquellos que tienen un espíritu de oposición contra la obra que
por veintiséis años el Espíritu de Dios nos ha impulsado a hacer, y
que derribarían nuestro testimonio, vi que no están peleando contra
nosotros, sino contra Dios, quien ha puesto sobre nosotros la carga
de un trabajo que no ha dado a otros. Aquellos que ponen en tela de
juicio y emplean subterfugios, y piensan que es una virtud dudar,
y que se desaniman; aquellos que han sido los medios para hacer
difícil nuestro trabajo con el fin de debilitar nuestra fe, esperanza y
valor, han sido los que suponen lo malo, que insinúan acusaciones
suspicaces y vigilan celosamente buscando una ocasión contra no-
sotros. Dan por sentado que porque tenemos debilidades humanas,
esto constituye una evidencia positiva de que estamos equivocados
y ellos están en lo correcto. Si pueden encontrar una apariencia de
algo que pueden usar para perjudicarnos, lo hacen con un espíritu
de triunfo y están listos para señalar nuestro trabajo de reprender el
error y condenar el pecado, y denunciarlo como un espíritu duro y
dictatorial.
Pero si bien no aceptamos su versión de nuestro caso como la
razón de nuestras aflicciones, si bien sostenemos que Dios nos ha
asignado un trabajo más difícil que el que ha dado a otros, reco-
nocemos con humildad de alma y con arrepentimiento que nuestra
fe y valor han sido severamente probados y que a veces no hemos
confiado enteramente en aquel que nos ha fijado nuestro trabajo.
Cuando nuevamente reunimos valor, después de dolorosos chascos
y pruebas, lamentamos profundamente que alguna vez hayamos des-
confiado de Dios, cedido a la debilidad humana, y permitido que
el desánimo nublara nuestra fe y disminuyera nuestra confianza en
Dios. Se me ha mostrado que los siervos de Dios de la antigüedad
sufrieron chascos y desalientos así como nosotros, pobres mortales.
Estábamos en buena compañía; no obstante, esto no nos excusó.
Como mi esposo ha permanecido a mi lado para sostenerme en
mi trabajo y ha dado un testimonio claro al unísono con la obra
267