Página 316 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 3 (2004)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 3
parientes que persistían en su apostasía; después del acto de justicia
para alejar la ira de Dios, sin tener en cuenta los sentimientos de
afecto hacia los amigos y familiares que continuaron obstinados
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en su rebelión; después de esto, Moisés estaba preparado para otro
trabajo. Demostró quién era el verdadero amigo de Dios y el amigo
del pueblo.
“Y aconteció que al día siguiente dijo Moisés al pueblo: Vosotros
habéis cometido un gran pecado, pero yo subiré ahora a Jehová;
quizá le aplacaré acerca de vuestro pecado. Entonces volvió Moisés
a Jehová, y dijo: Te ruego, pues este pueblo ha cometido un gran
pecado, porque se hicieron dioses de oro, que perdones ahora su
pecado, y si no, ráeme ahora de tu libro que has escrito. Y Jehová
respondió a Moisés: Al que pecare contra mí, a éste raeré yo de mi
libro. Ve, pues, ahora, lleva a este pueblo a donde te he dicho; he
aquí mi ángel irá delante de ti; pero en el día del castigo, yo castigaré
en ellos su pecado. Y Jehová hirió al pueblo, porque habían hecho
el becerro que formó Aarón”.
Éxodo 32:30-35
.
Moisés suplicó a Dios en favor del Israel pecador. No trató de
empequeñecer su pecado ante Dios; no los excusó en su pecado.
Reconoció francamente que habían cometido un gran pecado y que
se habían hecho dioses de oro. Luego pierde su timidez, y su interés
en Israel está tan estrechamente entretejido con su vida que acude
osadamente ante Dios y ora para que él perdone a su pueblo. Si su
pecado es tan grande, implora, que Dios no puede perdonarlos, si
sus nombres deben ser borrados de su libro, ora al Señor para que
también borre su nombre. Cuando el Señor renovó su promesa a
Moisés, que su ángel iría delante de él conduciendo al pueblo a la
Tierra Prometida, Moisés supo que su petición había sido concedida.
Pero el Señor le aseguró a Moisés que si era provocado para visitar
al pueblo por sus transgresiones, seguramente los castigaría también
por este grave pecado. Pero si de ahí en adelante fueran obedientes,
él borraría este gran pecado de su libro.
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