Página 438 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 3 (2004)

Basic HTML Version

Evitar las discusiones
A usted le ha encantado sostener debates por la verdad y tener
discusiones; pero estas contiendas no han contribuido a que usted
forme un carácter cristiano armonioso, porque constituyen una opor-
tunidad favorable para la exhibición de los mismos rasgos de carácter
que usted debe vencer si alguna vez entrará al cielo. No siempre
pueden evitarse las discusiones. En algunos casos las circunstancias
son tales que debe elegirse de los dos males el menor, que es la
discusión. Pero debieran evitarse toda vez que se pueda, porque el
resultado raramente honra a Dios.
La gente a la que le encanta ver contender a los oponentes po-
drá pedir a voces que se tenga una discusión. Otros, que desean
oír las evidencias de ambos lados, pueden instar a que haya una
discusión con motivos totalmente honestos, pero debieran evitarse
las discusiones toda vez que sea posible. Generalmente fortalecen
la combatividad y debilitan ese amor puro y la compasiva ternura
que siempre debieran existir en el corazón de los creyentes, aunque
puedan diferir en sus opiniones.
En esta época del mundo las discusiones no son verdaderas
evidencias del deseo sincero de parte de la gente de investigar la
verdad; tienen lugar por la afición a la novedad y la excitación que
generalmente acompañan a las discusiones. En estas contiendas
rara vez se glorifica a Dios o se promueve la verdad. La verdad
es demasiado solemne, demasiado trascendental en sus resultados,
como para empequeñecerla ya sea que se la reciba o se la rechace.
Discutir sobre la verdad para mostrar a los oponentes la habilidad de
los contendientes es siempre un pobre plan de acción, porque hace
muy poco para promover la verdad.
Los oponentes a la verdad mostrarán habilidad en presentar falsa-
mente a su oponente. Convertirán en objeto de ridículo las verdades
más solemnes y sagradas. Generalmente se burlarán y ridiculizarán
la verdad preciosa y sagrada y la colocarán en una luz tan falsa ante
la gente que las mentes oscurecidas por el error y contaminadas por
434