Página 449 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 3 (2004)

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Unidad en la iglesia
En mi última visión se me mostró la introducción de la verdad,
y el progreso de la causa de Dios, en la costa del Pacífico. Vi que
muchos habían realizado un buen trabajo en California, pero que
hay muchos que profesan la verdad que no están dispuestos a asumir
las responsabilidades de la obra de Dios en el momento apropiado y
avanzar cuando las providencias oportunas de Dios indican que es
su deber hacerlo. Si hay una acción unida, puede hacerse una gran
obra en esta área trayendo almas al conocimiento de la verdad.
Si todos los que tienen influencia sintieran la necesidad de coope-
rar y procuraran contestar la oración de Cristo, para que pudiesen ser
uno como él es uno con el Padre, la causa de la verdad presente sería
una potencia en esta región. Pero el pueblo de Dios está dormido
y no ve las necesidades de la causa para este tiempo. No sienten la
importancia de una acción concentrada. Satanás siempre está tra-
tando de dividir la fe y los corazones del pueblo de Dios. Sabe bien
que la unión es su fuerza, y la división su debilidad. Es importante y
esencial que todos los seguidores de Cristo comprendan los ardides
de Satanás y con un frente unido enfrenten sus ataques y lo venzan.
Necesitan hacer esfuerzos continuos para avanzar juntos aun si esto
les requiere algún sacrificio.
El pueblo de Dios, con temperamentos y organizaciones diver-
sos, son reunidos como iglesia. La verdad de Dios, recibida en el
corazón, hará su obra de refinar, elevar y santificar la vida, y dar la
victoria sobre los puntos de vista peculiares y los prejuicios de cada
uno. Todos deberíamos esforzarnos para acercarnos unos a otros
tanto como sea posible. Todos los que aman a Dios y guardan sus
mandamientos en verdad influirán sobre los incrédulos y ganarán
almas para Cristo, con el fin de unirse a los alegres cantos de triunfo
y de victoria ante el gran trono blanco. El egoísmo será vencido, y
se manifestará un desbordante amor por Cristo en la responsabilidad
que sienten de salvar almas por las cuales él murió.
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