Página 471 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 3 (2004)

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La confianza propia es una trampa
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enfrentado muchas perplejidades y dificultades, y si hubiera confia-
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do en el verdadero Consejero en vez de confiar en su propio juicio,
siempre habría sido guiado para superar sus perplejidades en sus
transacciones comerciales.
Tiene ante usted una obra importante que nunca podrá llevar a
cabo sin la ayuda especial de Dios. Usted es capaz de asegurarse
el compañerismo de los ángeles y de ser un heredero de Dios, un
coheredero con Jesucristo; y el hecho de que usted trabaje a fin
de restringir la extensión de la esperanza y los deseos al alcance
estrecho de sus propias conveniencias sería un error de toda la vida.
Es un error terrible vivir sólo para este mundo. Usted mira hacia
atrás y siente la condenación de su propio camino equivocado, y
trata de justificarse encontrando faltas en otros. Cualquiera sea la
trayectoria que otros puedan seguir, o lo equivocado que puedan
estar, los errores de ellos nunca cubrirán una de sus faltas; y en el
día del ajuste final de cuentas usted no se atreverá a mencionar esto
ante Dios como un paliativo de su descuido del deber.
Dios se propone aceptarlo a usted como su hijo y convertirlo
en un miembro de la familia real, un hijo del Rey celestial, bajo
la condición de que usted salga del mundo y se separe y no toque
ninguna cosa inmunda. El Monarca del cielo quiere que usted posea
y disfrute todo lo que puede ennoblecer, expandir y exaltar su ser y
capacitarlo para morar con él para siempre, midiendo su existencia
con la vida de Dios. ¡Qué perspectivas encierra la vida venidera!
¡Qué encantos posee! ¡Cuán ancho y profundo e ilimitado es el
amor de Dios manifestado al hombre! No hay palabras que puedan
describir este amor; sobrepasa todo pensamiento e imaginación, pero
es una realidad que usted debe aprender por experiencia; usted puede
regocijarse en él con gozo indecible y lleno de gloria.
Con tales perspectivas ante usted, ¿cómo puede estrechar su
mente al alcance de los pensamientos y las ocupaciones mundanales,
buscando ganancias y renunciando a un punto tras otro de la verdad
presente? Es deseable que usted retenga la verdad, los principios y
la conciencia. El favor de Dios es mejor que casas de piata y oro. El
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gozo más profundo del corazón procede de la humillación más pro-
funda. La confianza y sumisión a Dios producen fortaleza y nobleza
de carácter. Las lágrimas no son siempre evidencia de debilidad. A
fin de que usted construya un carácter que sea simétrico a la vista