Página 480 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 3 (2004)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 3
Le imploro, mi hermano, que conozca a Dios. “El Señor afirma
los pasos del hombre bueno”.
Salmos 37:23 (NRV)
. Ángeles minis-
tradores marcan cada paso de nuestro progreso. Pero su voluntad no
está rendida a Dios; sus pensamientos no son santos. Usted continúa
su marcha, tropezando en la oscuridad a lo largo del camino, sin
saber dónde colocar sus pies. El Señor revela su voluntad a aquellos
que están ansiosos de ser guiados. La razón de su ineficiencia es
que usted ha renunciado a la idea de conocer y hacer la voluntad de
Dios, por lo tanto no sabe nada positivamente. Aunque usted mismo
está ciego, intenta guiar a los ciegos.
¡En qué situación están usted y muchos otros ministros! Habien-
do abandonado a Dios, la Fuente de aguas vivas, usted y ellos han
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cavado para ustedes cisternas rotas que no pueden retener agua. Le
imploro que se alarme y vuelva al Señor con ese arrepentimiento
profundo y sincero que le asegurará el perdón divino y la fuerza
constante de su poder, para que ciertamente pueda ser lleno de toda
la plenitud de Dios. Él expresa desagrado hacia su conducta, porque
usted ha sido como una piedra de tropiezo para las almas. Ha de-
pendido de sus propias obras y justicia para el éxito, y no tiene un
conocimiento de la voluntad divina.
Quiera el Señor revelarle su verdadero carácter y permitirle que
vea sus verdaderas deficiencias. Cuando usted sea iluminado por
el Espíritu de Dios para comprender esto, tendrá un sentido tal de
su descuido pecaminoso y de su vida no aprovechada que el terror
castigará su alma y hará que sienta aquella tristeza que lo conducirá
al arrepentimiento del cual uno no necesita arrepentirse.
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