Página 532 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 3 (2004)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 3
Dios considerará responsable a la iglesia, como un cuerpo, por
la conducta equivocada de sus miembros. Si se permite que en
cualquiera de sus miembros exista un espíritu egoísta e indiferente
hacia el infortunado, la viuda, el huérfano, el ciego, el cojo, o aquellos
que están enfermos en su cuerpo o en su mente, él ocultará su
rostro de su pueblo hasta que cumplan con su deber y quiten el
mal que hay entre ellos. Si cualquiera que profesa el nombre de
Cristo representa mal a su Salvador olvidándose de su deber hacia
el afligido, o si en cualquier forma procuran sacar ventaja de la
lesión de los desafortunados, robándoles así de sus recursos, el Señor
considera a la iglesia responsable por el pecado de sus miembros
hasta que hayan hecho todo lo que pueden para remediar el mal
existente. Él no oirá la oración de su pueblo mientras el huérfano, el
cojo, el ciego y el enfermo que están entre ellos sean descuidados.
[568]
La frase “estar del lado del Señor” significa más que meramente
repetirla en la reunión. El lado del Señor es siempre el lado de la
misericordia, la compasión y la solidaridad con el sufriente, como
se verá en el ejemplo que nos es dado en la vida de Jesús. Se nos
requiere que imitemos su ejemplo. Pero hay algunos que no están del
lado del Señor en cuanto a estas cosas; están del lado del enemigo.
Al darles a sus oyentes una ilustración sobre este tema, Jesús dijo:
“De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis
hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis. Entonces dirá también
a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno
preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me
disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; fui forastero, y
no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en
la cárcel, y no me visitasteis. Entonces también ellos le responderán
diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero,
desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te servimos? Entonces les
responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis
a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis. E irán éstos
al castigo eterno, y los justos a la vida eterna”.
Mateo 25:40-46
.
Aquí en su sermón Cristo se identifica con la humanidad su-
friente e inculca claramente en todos nosotros la verdad de que la
indiferencia o la injusticia hechas al menor de sus santos son hechas
a él. Aquí está el lado del Señor, y cualquiera que esté en el lado del