Página 55 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 3 (2004)

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La causa en Nueva York
Estando en Vermont, el 10 de diciembre de 1871, se me mostra-
ron algunas cosas respecto a Nueva York. La causa en ese estado
parecía hallarse en una condición deplorable. Había pocos obreros,
y no eran tan eficientes como su profesión de fe en las verdades
sagradas para este tiempo les demandaba que fueran. Algunos de
ellos, que ministran en palabra y doctrina, no son obreros cabales.
Aunque creen la teoría de la verdad, y han estado predicando por
años, nunca serán obreros competentes hasta que trabajen en base a
un plan diferente. Han pasado mucho tiempo en las iglesias, sin estar
calificados para beneficiarlas. Ellos mismos no están consagrados a
Dios. Antes de estar preparados para ayudar a otros, necesitan un
espíritu de paciencia para sufrir por causa de Cristo: “para beber la
copa”, y “para ser bautizados con el bautismo”. Se necesitan obreros
abnegados, devotos, para hacer adelantar las cosas en Nueva York
de acuerdo con la norma bíblica. Estos hombres no han estado en la
línea de su deber mientras viajaban entre las iglesias. Si Dios los ha
llamado a su obra, es para salvar a los pecadores. Debieran probarse
ellos mismos yendo a campos nuevos, para conocer personalmente
si Dios les ha confiado la obra de salvar almas.
Si los hermanos Taylor, Saunders, Cottrell y Whitney, y el her-
mano y la hermana Lindsay hubieran trabajado en campos nuevos,
estarían mucho más adelantados de lo que están ahora. El hecho
de enfrentar la oposición de los adversarios los habría impulsado a
acudir a sus Biblias en busca de argumentos para defender su posi-
ción, y esto habría aumentado su conocimiento de las Escrituras y
los habría hecho conscientes de su capacidad en Dios para enfrentar
la resistencia en cualquier forma. Aquellos que se conforman con
repetir y repetir los mismos temas en las iglesias serán deficientes
en la experiencia que debieran tener. Serán débiles y no fuertes
para querer y hacer y sufrir por causa de la verdad. Serán obreros
ineficientes.
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