Página 91 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 3 (2004)

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Orgullo y pensamientos vanos
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en la tesorería de Dios! En vez de comprar cosas frívolas, pongan
lo poco que tienen en el banco del cielo, para que cuando venga el
Maestro ustedes puedan recibir tanto el capital como el interés.
¿Han investigado ustedes cuánto podrían hacer para honrar a su
Redentor aquí en la tierra? ¡Oh, no! Se han complacido en honrarse
ustedes mismos y en recibir honor de otros, pero no han sentido
ansias de indagar cómo ser aprobados por Dios. La religión pura e
incontaminada resultaría un ancla para ustedes. A fin de responder
a los grandes fines de la vida, deben evitar el ejemplo de aquellos
que están buscando su propio placer y deleite, y que no tienen temor
de Dios. Dios ha hecho amplias provisiones para ustedes. Él ha
dispuesto que si cumplen con las condiciones trazadas en su Palabra,
y se separan del mundo, recibirán fuerza de él para reprimir toda
influencia degradante y desarrollar lo noble, bueno y elevador. Cristo
será en ustedes “una fuente de agua, que brota para vida eterna”.
Juan 4:14 (NRV)
. La voluntad, el intelecto y toda emoción, cuando
los controla la religión, tienen un poder transformador.
“Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo
para la gloria de Dios”.
1 Corintios 10:31
. He aquí un principio
que yace en el fundamento de todo acto, pensamiento y motivo: la
consagración de todo el ser, tanto el aspecto físico como el mental,
al control del Espíritu de Dios. Deben crucificarse la voluntad no
santificada y las pasiones, lo que puede considerarse como una
obra estricta y severa. Sin embargo debe hacerse, o ustedes oirán
la terrible sentencia de los labios de Jesús: “Apartaos”. Pueden
hacer todas las cosas mediante Cristo, que los fortalece. Ustedes
son de esa edad cuando la voluntad, el apetito y las pasiones claman
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por ser complacidos. Dios los ha implantado en su naturaleza para
propósitos elevados y santos. No es necesario que se conviertan en
una maldición para ustedes al ser degradados. Pero llegarán a serlo
cuando se nieguen a someterse al control de la razón y la conciencia.
Refrenarse, negarse, son palabras y actos con los cuales ustedes
no están familiarizados por experiencia. Las tentaciones los han
dominado. Las mentes no santificadas no reciben esa fuerza y aliento
que Dios les ha provisto. Son impacientes y poseen un fuerte deseo
por algo nuevo, algo para gratificar, complacer y excitar la mente; y a
esto se llama placer. Satanás tiene encantos seductores para cautivar
el interés y excitar la imaginación de los jóvenes en particular, para