Página 101 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 4 (2007)

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El trabajo es beneficioso para la salud
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el trabajo que desempeñaban era la única actividad redentora de sus
vidas y era un medio de salvación de la ruina total. Mientras sus
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mentes estuvieran ocupadas no tendrían oportunidad de degradar
sus cuerpos y de completar la labor de autodestrucción. Hacer que
todas esas personas abandonen el trabajo mental y físico es darles
amplias oportunidades para que caigan cautivos de las tentaciones
de Satanás.
El Dr. J ha recomendado que ambos sexos se mezclen; ha enseña-
do que la salud mental y física requiere que se asocien estrechamente.
Esas enseñanzas son causa de gran daño para los jóvenes y los niños
inexpertos y una gran satisfacción para los hombres y las mujeres
de carácter cuestionable, cuyas pasiones nunca han sido sujetas a
control alguno, quienes, por tal causa, sufren ahora de desórdenes
debilitadores. A estas personas se les ha indicado que, desde el
punto
de vista de la salud,
deben esforzarse en buscar la compañía del
sexo opuesto. Así, ante ellos se abre una puerta a la tentación, en
sus corazones la pasión ruge como un león, toda consideración es
desoída y todo lo noble y elevado se sacrifica a la concupiscencia.
Éste es un tiempo en el que el mundo rebosa de corrupción. Si los
cuerpos y las mentes de los hombres y las mujeres se encontraran
en una condición saludable, si las pasiones animales se sujetaran al
poder superior de la mente, sería seguro enseñar que los niños, y los
jóvenes de más edad, se beneficiarían más de mezclarse en sociedad.
Si las mentes de los jóvenes de nuestro tiempo fueran puras y
estuvieran libres de corrupción, las muchachas tendrían una influen-
cia suavizadora sobre las mentes y los modales de los muchachos,
y los muchachos, con su naturaleza más fuerte y firme, tenderían
a fortalecer y ennoblecer el carácter de las jovencitas. Pero es un
hecho doloroso que no hay ni aun una muchacha entre cien que
tenga una mente pura y que no hay ni un muchacho entre cien de
moral irreprochable. Muchos de edad más avanzada han llegado tan
lejos en la disipación que se han contaminado en cuerpo y mente.
La corrupción se ha apoderado de muchas personas que son con-
sideradas como caballeros refinados y bellas damas. No es tiempo
de recomendar que la mezcla de los sexos es beneficiosa para la
salud tal como se práctica en la sociedad. La maldición de esta era
corrupta es la ausencia de verdadera virtud y modestia.
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