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Testimonios para la Iglesia, Tomo 4
Muchos son tan culpables de haber descuidado a sus hijos como
lo fue Elí; el castigo de Dios caerá sobre ellos con la misma certeza
con que cayó sobre él. El caso del hermano E fue uno de los des-
tacados. La mano de Dios se extendió en la ira de su condena, no
sólo sobre sus hijos, sino también sobre él mismo. La palabra de
Dios era clara, pero sus admoniciones cayeron en saco roto. Recibió
advertencias, escuchó reprensiones, pero no hizo caso de ninguna
de ellas y la maldición cayó sobre él. Es asunto terrible descuidar
la educación de los hijos. No sólo porque se perderán, sino porque
también se condenan los padres, los cuales se han apartado tanto de
Dios que han perdido todo sentido de su sagrada responsabilidad y
permanecen en una peligrosa posición respecto de la vida eterna.
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Me dirijo ahora a los padres excesivamente afectuosos e indul-
gentes con sus hijos. Estas son las enseñanzas de la Biblia para tratar
con un hijo rebelde: “Si alguno tuviere un hijo contumaz y rebelde,
que no obedeciere a la voz de su padre ni a la voz de su madre, y
habiéndolo castigado, no les obedeciere; entonces lo tomarán su
padre y su madre, y lo sacarán ante los ancianos de su ciudad, y a
la puerta del lugar donde viva; y dirán a los ancianos de la ciudad:
‘Éste nuestro hijo es contumaz y rebelde, no obedece a nuestra voz,
es glotón y borracho’. Entonces todos los hombres de su ciudad lo
apedrearán, y morirá, así quitarás el mal de en medio de ti, y todo
Israel oirá, y temerá”.
Deuteronomio 21:18-21
.
Tanto los jóvenes como los adultos que están relacionados con la
obra deben ser objeto de cuidadosa vigilancia, para que su influencia
no se oponga directamente al objetivo designado por la obra. Si el
carácter de algún empleado aleja de Dios y la verdad, no se dude en
apartarlo. Debe ser separado de la obra al instante, porque aleja a
las personas de Cristo en lugar de unirlas a él. Virtualmente, es un
siervo de Satanás.
Sí, relacionados con la obra, hay jóvenes que no respetan la
autoridad de los padres, son ingobernables en casa y menosprecian
el consejo y la dirección, sobre ellos caerá la maldición de Dios;
no sólo sobre ellos, sino que, en caso de que continúen ocupando
su cargo y tengan más oportunidades de pervertir a los jóvenes con
los que entren en contacto, también caerá sobre la obra. Quienes
ocupen puestos de responsabilidad en la obra deberán dar cuenta
de la influencia dominante. Si son indiferentes a la maldición de