Página 54 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 4 (2007)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 4
no está en él”.
1 Juan 2:15
. Usted no es un hombre feliz. Su familia
tampoco es feliz. Los ángeles de Dios no vienen a morar con usted.
Cuando la religión de Cristo gobierna en el corazón, la conciencia lo
aprueba, y reinan la paz y la felicidad; la perplejidad y los problemas
pueden rodearnos, y sin embargo hay luz en el alma.
La sumisión, el amor y la gratitud a Dios mantienen la luz del
sol en el corazón, aunque el día esté muy nublado. Delante de usted
están la abnegación y la cruz de Cristo. ¿Cargará usted la cruz?
Sus hijos han sido bendecidos por las oraciones de una madre.
Ellos han amado la religión. Han procurado resistir la tentación
y vivir vidas de oración. A veces han hecho grandes esfuerzos;
pero el ejemplo que usted les da, su amor y devoción al mundo, y
su ferviente devoción a los negocios, han retirado la atención de
ellos de las cosas espirituales y la han vuelto nuevamente a la tierra.
Satanás les ha seguido la pista con el fin de hacerlos amar el mundo
y las cosas del mundo. Gradualmente han perdido su confianza en
Dios, han descuidado la oración secreta y sus deberes religiosos, y
han apartado su interés de las cosas sagradas.
Querido hermano E, usted ha cometido un grave error al entre-
garle su ambición a este mundo. Usted es exigente, y a veces actúa
con impaciencia, requiriendo en ciertas ocasiones demasiado de su
hijo. Él se ha desanimado. En su hogar todo ha sido trabajo, trabajo,
trabajo, desde temprano por la mañana hasta la noche. Su extensa
granja ha introducido cuidados y cargas adicionales en su hogar.
Usted ha hablado mayormente de los negocios, porque son los ne-
gocios lo que ha ocupado una posición primaria en su mente, y “de
la abundancia del corazón habla la boca”.
Mateo 12:34
. Su ejemplo
frente a su familia, ¿ha exaltado a Cristo y su salvación por encima
de sus intereses relativos a la finca, y de su deseo de ganancias? Si
sus hijos dejan de obtener la vida eterna, la sangre de sus almas se
encontrará sin duda alguna en las vestimentas de su padre.
La madre hizo fielmente su deber. Ella oirá el “bien hecho”,
cuando se levante en la mañana de la resurrección. Lo primero que
hará será preguntar por sus hijos, que eran el tema de sus oraciones
durante la última parte de su vida. ¿Podrá usted presentarlos con
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hermosos caracteres que les confieran la capacidad moral necesaria
para gozar de la sociedad de los ángeles, o estarán sucios y opacos
por la contaminación del mundo? ¿Serán encontrados “participantes