Página 547 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 4 (2007)

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Obreros fieles
La dirección de una institución tan grande e importante como
un sanatorio, necesariamente conlleva una gran responsabilidad,
tanto en los asuntos temporales como espirituales. Es de la mayor
importancia que este asilo para los enfermos del cuerpo y de la mente
sea de tal naturaleza que Jesús, el poderoso Sanador pueda presidir
entre ellos, y que todo lo que se hace se haga bajo el control de su
Espíritu. Todos los que se relacionan con esta institución estarán
calificados para cumplir fielmente las responsabilidades que Dios
les ha dado. Cumplirán hasta los deberes más pequeños con tanta
fidelidad como la que dedican a los asuntos de mayor importancia.
Todos han de estudiar con oración la forma como pueden llegar a
ser más útiles a fin de convertir este retiro para los enfermos en una
empresa de gran éxito.
No comprendemos con cuánta ansiedad los pacientes afectados
por diversas enfermedades vienen al sanatorio, todos ellos deseando
encontrar ayuda, pero algunos con dudas y desconfianzas, mientras
que otros vienen llenos de confianza en que serán aliviados. Los que
no han visitado la institución observan con interés toda manifesta-
ción de los principios que sus administradores han adoptado.
Todos los que profesan ser hijos de Dios, al llevar a cabo sus
labores que los ponen en contacto con todas clases de mentes, han
de recordar constantemente que son misioneros. Se encontrarán con
gente refinada y vulgar, con humildes y orgullosos, con religiosos y
escépticos, con gente confiada y sospechosa, con dadivosos y avaros,
con los puros y los corrompidos, con los educados y los ignorantes,
con los ricos y los pobres; en realidad, casi todos los grados de carác-
ter y condición se encontrarán entre los pacientes del sanatorio. Los
que vienen a este lugar, lo hacen porque necesitan ayuda; por eso,
cualquiera que sea su condición, reconocen que no pueden ayudarse
a sí mismos. Estas mentes de diversas clases no se pueden tratar de
la misma forma; y sin embargo, todas estas personas, ya sean ricas
o pobres, encumbradas o humildes, dependientes o independientes,
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