Influencia cristiana
En su relación con otros, todos los que en el sanatorio son se-
guidores de Cristo deberían buscar la elevación del modelo de cris-
tianismo. He dudado de hablar de esto porque algunos extremistas
llegarán a la conclusión de que es preciso discutir con los pacientes
sobre puntos de doctrina y hablar en las reuniones religiosas que
tienen lugar en el sanatorio como si estuvieran entre los hermanos
en nuestra propia casa de adoración. Algunos manifiestan ausencia
total de sabiduría al dar su testimonio en esas pequeñas reuniones
destinadas más específicamente al provecho de los pacientes y ati-
zan su celo hablando del mensaje del tercer ángel u otros puntos
peculiares de nuestra fe, mientras los enfermos no entienden nada
de lo que están hablando porque les suena a griego.
Está bien que esas personas participen en una reunión de ora-
ción de creyentes, pero no en aquella cuyo objetivo es beneficiar a
aquellos que desconocen nuestra fe. Debemos adaptar nuestras ora-
ciones y nuestros testimonios a la ocasión y a las personas presentes.
Quienes sean incapaces de hacer esto no deben asistir a esas reunio-
nes. Hay algunos temas sobre los que los cristianos pueden hablar
provechosamente en cualquier ocasión, entre los que se encuentra la
experiencia cristiana, el amor de Cristo y la sencillez de la fe, y, si sus
corazones están imbuidos del amor de Jesús, este resplandecerá en
cada oración y exhortación. Que los frutos de la verdad santificadora
se vean en la vida, en un ejemplo piadoso, y causará un efecto que
ninguna influencia opuesta podrá contrarrestar.
Es una vergüenza para el nombre cristiano que se vea tan poca
estabilidad y verdadera piedad en la vida de muchos que profesan
a Cristo. Cuanto entran en contacto con las influencias mundanas
su corazón se divide. Se rinden al mundo en lugar de a Cristo.
A menos que una fuerte excitación despierte los sentimientos, su
comportamiento jamás induciría a pensar que aman la verdad o son
cristianos.
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