Página 106 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 5 (1998)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 5
la espada del Espíritu, llegará a ser presa de las potestades de las
tinieblas. La fe de todos será probada. Todos serán probados como
el oro es probado por el fuego.
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La iglesia está compuesta de hombres y mujeres imperfectos,
que yerran y necesitan que se ejercite continuamente en su favor
caridad y tolerancia. Pero ha habido un largo período de tibieza
general; un espíritu mundanal ha estado penetrando en la iglesia, y
ha sido seguido por enajenamiento, malicia, censuras, contiendas e
iniquidad.
Si se oyesen menos sermones de parte de hombres que no están
consagrados en su corazón y su vida, y ellos dedicasen más tiempo
a humillar su alma delante de Dios, podríamos esperar que el Señor
acudiría en vuestra ayuda, y remediaría vuestras apostasías. Mucho
de lo que se ha venido predicando últimamente engendra una falsa
seguridad. Los intereses importantes de la causa de Dios no pueden
ser manejados sabiamente por los que tienen tan poca relación real
con Dios como la que han tenido algunos de nuestros ministros.
Confiar la obra a hombres tales es como poner niños a pilotear
grandes barcos en el mar. Los que están despojados de la sabiduría
celestial y del poder vivo de Dios, no son competentes para dirigir el
barco evangélico entre témpanos de hielo y tempestades. La iglesia
está pasando por severos conflictos, pero en su peligro, muchos
quisieran confiarla a manos que la harían zozobrar. Necesitamos un
piloto a bordo ahora; porque nos estamos acercando al puerto. Como
pueblo, debiéramos ser la luz del mundo. Pero cuántos son como
vírgenes fatuas, que no tienen aceite en sus vasos ni en sus lámparas.
¡Que el Señor de toda gracia, abundante en misericordia y perdón,
se compadezca de nosotros y nos salve, para que no perezcamos con
los impíos!
En estos momentos de conflicto y prueba, necesitamos todo el
apoyo y el consuelo que podamos obtener de los principios correctos,
de las convicciones religiosas firmes, de la seguridad permanente
del amor de Cristo, y de una rica experiencia en las cosas divinas.
Únicamente como resultado de un firme crecimiento en la gracia,
es como alcanzaremos la plena estatura de hombres y mujeres en
Cristo Jesús.
¡Oh! ¿Qué puedo yo decir para abrir los ojos ciegos e iluminar
el entendimiento espiritual? Debe crucificarse el pecado. El Espíritu