Página 111 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 5 (1998)

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Matrimonios insensatos
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su caso; pero la mayor parte de lo que la juventud de hoy denomina
amor, no es más que un impulso ciego que tiene su origen en Satanás
para lograr su destrucción.
Mi hermano, de ir usted a nuestro colegio ahora, así como lo
tiene ideado, tengo temor del comportamiento que vaya a seguir
allí. La determinación que ha expresado usted de tener la compañía
de una dama dondequiera que vaya me indica que dista mucho de
estar en la posición de ser beneficiado por una estadía en Battle
Creek. La infatuación que usted tiene es más satánica que divina. Yo
no quisiera que usted se desilusionara con respecto a Battle Creek.
Las reglas son estrictas allí. No se permite el noviazgo. La escuela
no tendría valor alguno para los estudiantes si se envolvieran en
amoríos como usted lo ha estado haciendo. Muy pronto se desmora-
lizaría nuestro colegio. Los padres no envían a sus hijos a nuestro
colegio o a nuestras oficinas para iniciar una vida de enamoramiento
sentimental, sino para, ser educados en las ciencias o para aprender
el oficio de imprenta. Si las normas fueran relajadas al punto de
permitir que los jóvenes se embelesaran e infatuaran con la com-
pañía del sexo opuesto como usted lo ha estado haciendo ya por
varios meses, se perdería de vista el objetivo de la asistencia a Battle
Creek. Si no puede apartar esto completamente de su mente e ir
allá con espíritu de aprendiz y con la intención de estimular en sí
mismo los más serios, humildes y sinceros propósitos, orando para
que disfrute de una comunión estrecha con Dios, sería mejor para
usted que permaneciese en casa.
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Si va, debe estar preparado para resistir la tentación y para apoyar
la obra de profesores y maestros, permitiendo que su influencia esté
completamente del lado de la disciplina y el orden. Es el propósito
de Dios que todos los que trabajen en su causa estén sujetos los
unos a los otros, dispuestos a recibir consejo e instrucción. Deben
adiestrarse mediante la más rigurosa disciplina mental y moral para
que con la gracia ayudadora de Dios estén capacitados de mente y
corazón para preparar a otros. La oración ferviente, la humildad y la
seriedad de propósito han de combinarse con la ayuda de Dios, ya
que las debilidades y sentimientos humanos están constantemente
luchando por la supremacía. Cada ser humano ha de purificar su
alma a través de la obediencia a la verdad y con el solo propósito
de glorificar a Dios, de abatir el yo y exaltar a Jesús y su gracia. Al