Página 204 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 5 (1998)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 5
ya profesan creerla contradicen su fe por medio de sus obras? No es
Dios quien nos ha cerrado las ventanas de los cielos, sino nuestra
propia conformidad con las costumbres y prácticas del mundo.
El tercer ángel de (
Apocalipsis 14
) se presenta volando verti-
ginosamente a través del cielo y proclamando: “He aquí... los que
guardan los mandamientos de Dios y tienen la fe de Jesús”
Apocalip-
sis 14:12
. Aquí se nos muestra la naturaleza de la obra del pueblo de
Dios. Poseen un mensaje de tanta importancia que se les representa
volando para presentarlo al mundo. Tienen en sus manos el pan de
vida para un mundo hambriento. El amor de Cristo los constriñe.
Este es el último mensaje. Una vez que haya hecho su obra, no le
seguirá ningún otro, ni se escucharán otros llamados de misericordia.
¡Qué cometido! Qué responsabilidad descansa sobre todos los que
llevan las siguientes palabras de súplica misericordiosa: “El Espíritu
y la esposa dicen, ven. Y el que oye, diga: ven. Y el que tiene sed,
venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente”.
Apocalipsis 22:17
.
Todo aquel que escuche, dirá: Ven. No sólo los ministros, sino
también el pueblo. Todos juntos han de extender la invitación. No
sólo por medio de su profesión, sino por su carácter y su manera de
vestir, todos han de ejercer una influencia atractiva. Han sido consti-
tuidos como fideicomisarios del mundo, ejecutores del testamento
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de Uno que ha legado una sagrada verdad a los hombres. ¡Ojalá que
todos estuvieran conscientes de la dignidad y la gloria de lo que
Dios ha encomendado en sus manos!
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