Página 291 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 5 (1998)

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El engaño del pecado
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detenido la obra. En comparación no habéis hecho nada vosotros
mismos y, cuando uno estaba dispuesto a trabajar, le estorbábais el
camino de tal manera que no podía obrar eficazmente.
Algunos son lentos, bien lentos, y se jactan de ello; pero esta
pesadez indolente es un defecto de carácter del cual ninguna persona
debe enorgullecerse. Resolved con firmeza que seréis puntuales, y
con la ayuda divina tendréis éxito. Que vuestra consagración sea
completa; atad propiedad y amigos sobre el altar de Dios, y cuando
el corazón esté preparado para recibir la influencia divina, brillantes
rayos procedentes del trono de Dios resplandecerán en vuestras
almas, avivando todas sus energías adormecidas.
Hay quienes no poseen firmeza de carácter. Son como una bola
de masilla que se puede amoldar en cualquier forma. No poseen
una configuración y consistencia definida, y no son de ningún uso
práctico en el mundo. Esta debilidad, esta indecisión e ineficiencia,
tiene que ser vencida. El carácter cristiano es indómito y no puede
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ser amoldado o vencido por circunstancias adversas. Las personas
deben tener firmeza moral y una integridad incapaz de ser adulada,
sobornada o intimidada.
Temo grandemente por la iglesia. Pablo lo expresó como sigue:
“Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva,
vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera
fidelidad a Cristo”.
2 Corintios 11:3
. Luego Pablo explica que no
es por medio de falsos maestros que el enemigo atacará la fe de la
iglesia. Declara: “Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudu-
lentos, que se disfrazan de apóstoles de Cristo. Y no es maravilla,
porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no
es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de
justicia”.
vers. 13, 14
.
Mientras más aprendamos respecto a los primeros tiempos de
la iglesia cristiana y veamos la sutileza con que obró Satanás para
debilitar y destruir, mejor preparados estaremos para resistir sus
tretas y hacer frente a los peligros que se aproximan. Estamos en
el tiempo cuando prevalecerán tribulaciones tales como el mundo
nunca ha presenciado. “¡Ay de los moradores de la tierra y del
mar! porque el diablo ha descendido a vosotros con gran furor,
sabiendo que tiene poco tiempo” (
Apocalipsis 12:12
); pero Dios ha
establecido límites que Satanás no puede traspasar. La barrera que