Página 290 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 5 (1998)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 5
Cristo se acerque, será más resuelto y decidido en sus esfuerzos para
vencerlo. Se levantarán hombres y mujeres, profesando tener alguna
nueva luz o alguna nueva revelación que tenderá a conmover la fe
en los antiguos hitos. Sus doctrinas no soportarán la prueba de la Pa-
labra de Dios, pero habrá almas que serán engañadas. Harán circular
falsos informes, y algunos serán prendidos en esta trampa. Creerán
estos rumores, y a su vez los repetirán, y así se formará un vínculo
que los ligue con el gran engañador. Ese espíritu no se manifestará
siempre desafiando abiertamente los mensajes que Dios envía; pero
un decidido descreimiento se expresa de muchas maneras. Cada
declaración falsa alimenta y fortalece ese descreimiento, y por este
medio muchas almas serán inclinadas en la dirección errónea.
No podemos ejercer demasiado cuidado contra toda forma de
error, porque Satanás está tratando constantemente de apartar a los
hombres de la verdad. Los llena con ideas de suficiencia propia
y los persuade, como lo ha hecho con el hermano D, de que la
originalidad es un don de lo más codiciable. El hermano D necesita
conocer la verdad más perfectamente. Satanás se ha aprovechado de
su ignorancia en este respecto, y he ahí dónde está el peligro. Un
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hombre ha sido desviado, al cual es difícil persuadir una vez que
ha plantado sus pies en el camino equivocado, y muchos de los que
pensaban que estaban siguiendo al hombre que seguía a Cristo son
engañados para que sigan al que ha dado la espalda al Salvador.
El orgullo mora en el corazón del hermano D, y le será suma-
mente difícil ceder; pero, a menos que haga una entrega completa a
Cristo, el enemigo seguirá trabajando por medio de él. Si no toma
una decisión de inmediato, me temo que nunca lo va a hacer.
Las iglesias de _____ y _____ han asumido una gran responsa-
bilidad. El resultado pleno de la obra que han realizado no se sabrá
hasta el día del juicio. Necesitáis la sabiduría del cielo, hermanos,
porque el pecado nos presenta muchas caras. La carencia de visión
espiritual os hace tropezar como a ciegos. Si hubieseis mantenido
una singularidad de propósito, esto hubiera sido en vuestra asocia-
ción una fuente de tremendo poder; pero las mismas cosas que yo
temía se han presentado. Había una obra que hacer, la cual nunca
se hizo. Los grupos pequeños que yo vi pudieron haberse levantado
como resultado de un esfuerzo bien dirigido, y los lugares de reunión
que habrían de edificarse, ¿dónde están? Vuestra incredulidad ha