Página 338 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 5 (1998)

Basic HTML Version

El amor entre los hermanos
Hermanos y hermanas de _____,
Mi mente ha estado extremadamente turbada por vuestra con-
dición. No he podido dormir, y me levanto a medianoche para es-
cribirle a J y a vosotros como iglesia. No sé cuál hubiera sido la
condición de J en el momento actual si vosotros lo hubieseis tra-
tado en forma cristiana, algo que todo hijo de Dios debiera hacer
en casos semejantes. Algunos de vosotros no podréis comprender
mis palabras, porque vuestro propio proceder os ha colocado en un
estado de discernimiento no santificado. Habéis permitido que en
vuestro corazón entrasen sentimientos fuertes y duros hacia él y
habéis justificado el trato de indiferencia y desprecio que le habéis
dado. Creéis que mediante su incredulidad y su equivocado proce-
der, él sin duda estaba perjudicando la iglesia y poniendo en peligro
las almas, de manera que no os interesa relacionaros con él. Pero
[321]
¿estaréis vosotros mismos dispuestos a examinar bien de cerca cada
palabra y acto vuestro a la luz de la gran norma de justicia de Dios,
para que podáis recordarlos y compararlos con la vida de Jesús? Si
habéis estado haciendo la voluntad de Dios, entonces su luz y su
aprobación acompañarán vuestros esfuerzos y disfrutaréis de pros-
peridad. Me gustaría que cada uno de los miembros de esta iglesia,
que una vez fue próspera, comenzara a reconstruir junto a su propia
casa. Cuando ellos vean su proceder en su verdadera luz, sabrán que
erraron gravemente al permitir que su propio espíritu criticador y
farisaico gobernara sus lenguas y se manifestara en su trato con los
hermanos. Esta aspereza no cristiana ha excluido a Jesús de la iglesia
y ha traído un espíritu de disensión. Ha fomentado una tendencia a
juzgar, condenar y odiar a los que no ven las cosas desde el mismo
punto de vista que vosotros. Aun cuando vuestros hermanos digan y
hagan muchas cosas que verdaderamente os lastimen, ¿los echaréis
a un lado, diciendo: “Yo soy más santo que tú”?
“Por sus frutos los conoceréis”.
Mateo 7:16, 20
. Cristo no ha
sido revelado en vuestro comportamiento con algunos que estaban
334