Página 34 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 5 (1998)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 5
principios de la palabra de Dios y de los deberes prácticos de la vida
cotidiana.
Esta es la educación que tanto se necesita en el tiempo presente.
Si la influencia mundana ha de reinar en nuestro colegio, entonces
vendédselo a los mundanos y permitid que ellos asuman el control
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total; los que han invertido sus recursos en esa institución, esta-
blecerán otro colegio que se rija, no según el plan de las escuelas
populares ni de acuerdo con los deseos del rector y los maestros,
sino conforme al plan que Dios ha especificado.
En el nombre de mi Maestro, ruego a todos los que están en
puestos de responsabilidad en ese colegio que sean hombres de
Dios. ¿Cómo podemos apetecer la popularidad o procurar imitar las
costumbres y prácticas del mundo, cuando Dios requiere que seamos
distintos y peculiares? Es el propósito declarado de Dios tener un
colegio en el país donde se le dé a la Biblia su debido lugar en la
educación de la juventud. ¿No haremos nuestra parte para llevar a
cabo ese propósito?
Tal vez nos parezca que la enseñanza de la Palabra de Dios tiene
poco efecto sobre las mentes y los corazones de muchos estudiantes;
pero, si el trabajo de los profesores ha sido hecho en el Señor, algunas
lecciones de la verdad divina quedarán grabadas en la memoria de
los más descuidados. El Espíritu Santo regará la semilla que se
sembró, y a menudo brotará después de muchos días y llevará fruto
para la gloria de Dios.
Constantemente, Satanás procura apartar de la Biblia la atención
del pueblo. Las palabras de Dios a los hombres, que debieran recibir
nuestra atención prioritaria, son despreciadas por las declaraciones
de la sabiduría humana. ¡Cómo podrá Aquel que es infinito en poder
y sabiduría soportar así la presunción e insolencia de los hombres!
Por intermedio de la prensa, se ponen al alcance de todo el mundo
conocimientos de todas clases; y, sin embargo, cuántos hay en toda
comunidad que son depravados en su moral y superficiales en sus
logros mentales. Si la gente tan sólo se convirtiera a la lectura y el
estudio de la Biblia, veríamos un estado de cosas diferente.
En una época como la nuestra en que abunda la iniquidad, y
el carácter de Dios y su ley son considerados con desprecio, se
debiera tener cuidado especial para enseñar a la juventud a estudiar,
reverenciar y obedecer la voluntad divina como ha sido revelada