Página 380 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 5 (1998)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 5
Pero la justicia y el poder de Cristo serán suficientes para todos los
que reclamen sus méritos.
Háganse, pues, esfuerzos sinceros y determinados para abatir
al fiero enemigo. Es menester vestirnos de toda la armadura de la
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justicia. El tiempo pasa, y nos acercamos rápidamente al cierre de la
gracia. ¿Estarán nuestros nombres registrados en el Libro de la vida
del Cordero, o seremos contados con los infieles? ¿Pertenecemos al
número que se reunirá alrededor del gran trono blanco, cantando el
himno de los redimidos? En medio de esa multitud no habrá ninguno
que sea frío y formal. Cada alma será sincera, cada corazón lleno
de gratitud por el maravilloso amor de Dios y de la gracia que ha
capacitado a su pueblo para vencer en la lucha contra el pecado. Y
con voz fuerte alzan el canto: “Al que está sentado en el trono, y al
Cordero sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos
de los siglos”.
Apocalipsis 5:13
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