Página 512 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 5 (1998)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 5
permanente. La atención de toda alma que lucha por la vida eterna
debiera fijarse en la Biblia.
Me parece prodigiosamente extraño, después de todo lo que
he escrito acerca de la lectura de historias emocionantes, ver la
recomendación escrita por su pluma, de que deben leerse los libros
Robinson Crusoe
,
La cabaña del tío Tom y Las fábulas de Esopo
.
Hermano mío, fue un error escribir ese artículo. Si estos libros están
incluidos en los que tiene usted en venta, le ruego que nunca jamás
los vuelva a ofrecer a nuestra juventud. Es su deber dirigir la atención
de nuestros jóvenes hacia la Biblia; no se convierta en su tentador
ofreciéndoles llamativos libros de cuentos, que distraerán su atención
del estudio de las Escrituras. Nosotros mismos tenemos que estar
bebiendo el agua de vida, de lo contrario estaremos constantemente
cavando cisternas rotas que no retienen agua.
Satanás tiene mil maneras y planes de cómo infiltrarse para per-
turbar la mente de los jóvenes; y ciertamente serán engañados a
menos que el alma esté firme y totalmente afianzada en Dios y que
haya seguridad acerca de que la mente debe mantenerse ocupada en
el escudriñamiento de las Escrituras y que hay que estar bien cimen-
tados en nuestra fe. No podemos descuidarnos ni por un momento.
No podemos permitirnos actuar a base de impulsos. Tenemos que
proteger nuestras mentes y las mentes de nuestros hijos para que no
sean atraídos por las tentaciones de Satanás.
Estamos en el gran día de la expiación, y la sagrada obra de
Cristo que se está llevando a cabo en este momento en favor del
pueblo de Dios en el santuario celestial, debiera ser nuestro estudio
constante. Debemos enseñar a nuestros hijos lo que significaba el
típico día de la expiación, y que era una época especial de gran
humillación y confesión de pecados ante Dios. El día simbolizado
por la expiación ha de ser del mismo carácter. Todo el que enseña la
verdad por precepto y ejemplo dará a la trompeta un sonido certero.
Usted necesita siempre cultivar la espiritualidad, porque no es natural
para usted pensar en las cosas celestiales. Tenemos por delante la
obra de apartar al pueblo de las costumbres y prácticas del mundo,
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de subir cada vez más alto, hacia la espiritualidad, la consagración y
la obra ferviente por Dios. Su obra es proclamar el mensaje del tercer
ángel, hacer sonar la última nota de advertencia ante el mundo. Que
el Señor lo bendiga con percepción espiritual. Le escribo esto con