Página 514 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 5 (1998)

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Consejos a los jóvenes
A los alumnos de la Academia de South Lancaster declaro:
“Acercaos a Dios y él se acercará a vosotros”.
Santiago 4:8
.
Nunca os avergoncéis de vuestra fe; que nunca se os halle del lado
del enemigo. “Vosotros sois la luz del mundo”.
Mateo 5:14
. Vuestra
fe ha de revelarse como preciosa verdad, una verdad que todos deben
tener y que es preciso que todos tengan si es que se han de salvar.
Como pueblo, somos una minoría. No somos populares. Nuestros
enemigos procuran descubrir si hay maldad en nosotros con el fin
de traicionarnos y causar la ruina a nuestras almas. No entenderán
nuestros motivos. Mal interpretarán nuestro celo y ferviente deseo de
hacer que otros vean y entiendan la verdad para que puedan cumplir
la voluntad de Dios mediante la obediencia de sus mandamientos.
No obstante, debemos pelear la buena batalla de la fe y ser hallados
“firmes y constantes, abundando en la obra del Señor siempre”.
1
Corintios 15:58
.
Es con sentimiento de tristeza inexpresable, y a veces casi con
desesperación, que contemplo la condición de la juventud y me
doy cuenta de lo difícil que es animar a educarse a aquellos que yo
sé que Dios ha dotado liberalmente de capacidades. Desprovistos
de educación, serán inútiles e ineptos en cualquier posición. Por
otra parte, al obtenerla, se verán expuestos a peligros y tentaciones.
Satanás procurará utilizar sus habilidades refinadas en su servicio.
Algunos emplean sus facultades con fines malévolos. El veneno
sutil de la sensualidad fluye por sus venas, y encuentra pocos obs-
táculos en el camino. Es algo que fascina y encanta. La mente, que
con el debido cuidado por la integridad moral es capaz del más alto
grado de cultivo y excelencia literaria, a menudo se rebaja para dar
ocasión a la concupiscencia. La moral elevada y la piedad práctica
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no tienen atractivo para estas almas engañadas; y es casi imposible
ejercer ninguna influencia sobre ellos, ni por precepto ni ejemplo
que pueda contrarrestar los esfuerzos de Satanás para corromper y
destruir sus almas. A menos que estos hombres y mujeres jóvenes
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