Página 538 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 5 (1998)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 5
subsiguientes. Hay que colocar a los jóvenes en las circunstancias
más favorables que sea posible; porque las amistades que buscan, los
principios que adoptan, los hábitos que forman, decidirán la cuestión
de su utilidad aquí, y de sus intereses futuros y eternos, con una
certeza que es infalible. Los padres no debieran ceder a las incli-
naciones de sus hijos, sino que deben seguir el camino sencillo del
deber que Dios ha trazado, refrenándolos con bondad, negándoles
sus deseos incorrectos con firmeza y determinación, pero con amor;
y con esfuerzo sincero, devoto y perseverante, conducir sus pasos
lejos del mundo y hacia arriba, hacia el cielo. No debe permitirse
que los niños se desvíen por cualquier camino que les plazca, para
transitar por avenidas abiertas por todos lados y apartarse del camino
correcto. No hay quienes estén en más peligro que los que no se dan
cuenta del peligro y que se muestran impacientes ante la precaución
y el consejo.
Es precisamente porque la veo en peligro, hermana mía, que
le escribo de esta manera ahora. Aunque puede haber muchos que
la halaguen y disfruten de su hospitalidad sin procurar impartirle
una bendición mediante el buen consejo, es mi deber advertirle el
riesgo oculto que pondrá en peligro su felicidad presente y eterna. Se
acercan tiempos tormentosos, y necesitamos estudiar el verdadero
fundamento de nuestra fe. Necesitamos buscar en el Libro de la Ley
para ver si nuestro título de herencia inmortal está sin falta.
El concepto que se ha tenido de nuestro pueblo es que es dema-
siado insignificante para ser digno de ser tomado en cuenta, pero
esto cambiará. Dentro del mundo cristiano se están llevando a cabo
movimientos que necesariamente harán destacar al pueblo que guar-
da los mandamientos. Hay una constante suplantación de la verdad
de Dios por medio de teorías y falsas doctrinas de origen humano.
Se están emprendiendo movimientos para esclavizar las conciencias
de los que quieren permanecer fieles a Dios. Los poderes legislativos
estarán en contra del pueblo de Dios. Cada alma será probada. ¡Ojalá
que fuéramos como pueblo, sabios para con nosotros mismos y que
por medio del precepto y el ejemplo impartiésemos esa sabiduría
a nuestros hijos! Cada posición de nuestra fe será examinada; y si
no somos estudiantes concienzudos de la Biblia, arraigados, fortale-
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cidos y firmes, la sabiduría de los grandes hombres del mundo nos
hará descarriar.