Página 562 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 5 (1998)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 5
La verdad, tal como se encuentra en Jesús, no sólo hace mucho
en favor del que la recibe, sino de los que entran en la esfera de su
influencia. El alma verdaderamente convertida es iluminada desde lo
alto y Cristo llega a ser dentro de esa alma “una fuente de agua que
salte para vida eterna”.
Juan 4:14
. Sus palabras, sus intenciones, sus
acciones podrán malinterpretarse y falsificarse; pero no le importa,
porque tiene en juego mayores intereses. No toma en cuenta la
comodidad presente; no tiene ambición de hacer alarde de nada; no
busca la alabanza de los hombres. Su esperanza está en los cielos, y
marcha siempre adelante, con su mirada fija en Jesús. Hace el bien
porque es bueno hacerlo y porque sólo los que lo hacen tendrán
entrada en el reino de Dios. Es bueno y humilde y se preocupa para
que los demás sean felices. Nunca dice: “¿Soy yo acaso guarda de
mi hermano?” (
Génesis 4:9
), sino que ama a su prójimo como a sí
mismo. Su manera de ser nunca es brusca ni dictatorial, como la
de los que no creen en Dios, sino que refleja la luz del cielo sobre
los hombres. Es un leal y valeroso soldado de la cruz de Cristo
que sostiene en alto la palabra de vida. Según va aumentando su
influencia, va desvaneciéndose el prejuicio contra él, se reconoce su
devoción y se respetan los principios bíblicos.
Así sucede con todo aquel que está verdaderamente convertido.
Da fruto excelente y al hacerlo anda como Cristo anduvo, habla
como él habló, obra como él obró, y la verdad tal como se encuentra
en Jesús, por medio suyo surte efecto en su hogar, su vecindario y
en la iglesia. Construye un carácter para la eternidad, a la vez que
procura su salvación con temor y temblor. Está dando ejemplo ante
el mundo de los valiosos principios de la verdad, de lo que la verdad
es capaz de hacer en la vida y el carácter del verdadero creyente.
Inconscientemente está cumpliendo su parte en la sublime obra de
Cristo para redimir al mundo, una obra que en cuanto a su carácter e
influencia se refiere, es de largo alcance y socava el fundamento de
la falsa religión y la falsa ciencia.
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Me siento precisada a escribir de esta manera porque sé que
vuestros hermanos nunca os dirían estas cosas. No quiero que ni
usted ni su esposa se pierdan las mansiones celestiales, porque lo
valen todo para nosotros, y debiéramos ejercer energía y celo en
proporción al valor del objeto que perseguimos. La vida eterna
merece un esfuerzo perseverante e infatigable.