Página 573 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 5 (1998)

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La educación de los obreros
Tenemos que hacer una obra que pocos comprenden. Consiste
en llevar la verdad a todas las naciones. Hay un amplio campo de
trabajo tanto en los países extranjeros como en los Estados Unidos.
Dios llama a hombres que sean consagrados, puros, de gran corazón
y miras amplias, humildes, para que entren en estos campos. ¡Cuán
pocos comprenden siquiera los rudimentos de esta gran obra! Debe-
mos despertar y trabajar desde un punto de vista más elevado de lo
que lo hemos hecho hasta ahora.
Los que ahora aceptan la verdad, tienen todas las ventajas, es-
pecialmente en la acumulación de la luz y los conocimientos pre-
sentados en nuestras publicaciones. La rica y variada experiencia
pasada debe apreciarse debidamente. Sabemos cuán difícilmente
adelantaba la obra al principio; cuántos obstáculos se le oponían;
de cuán pocas comodidades disponían los primeros obreros de esta
causa para hacerla progresar; pero ahora todo ha cambiado, y la
clara luz resplandece. Si el cristianismo primitivo pudiese entrar en
el corazón de todos los que aseveran creer la verdad, les infundiría
nueva vida y poder. Los que están en tinieblas verían entonces el
contraste entre la verdad y el error, entre las enseñanzas de la Palabra
de Dios y las fábulas y supersticiones.
Se han cometido errores al no tratar de alcanzar con la verdad a
los predicadores y las clases superiores. Se ha rehuído demasiado
a la gente que no es de nuestra fe. Aunque no debemos asociarnos
con ella para conformarnos a su modelo, hay por doquiera personas
sinceras en favor de las cuales debiéramos trabajar sabia e inteligen-
temente, llenos de amor por sus almas. Debiera crearse un fondo
para educar a hombres y mujeres para trabajar por estas clases supe-
riores, tanto aquí como en otros países. Hemos hablado demasiado
de rebajarnos a la mente común. Dios quiere hombres de talento y
capacidad intelectual, que puedan pesar los argumentos, hombres
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que caven por la verdad como por tesoros escondidos. Estos hom-
bres serán capaces de alcanzar, no solamente las clases comunes,
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