Página 64 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 5 (1998)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 5
la exageración o de la revelación parcial de los hechos. Los celos y
las sospechas, una vez que se les ha dado cabida, se difunden como
las semillas del cardo. Si un hermano se extravía, entonces es el
momento de mostrar nuestro verdadero interés en él. Vayamos a él
con bondad, oremos con él y por él, recordando el precio infinito
que Cristo ha pagado por su redención. De esta manera podremos
salvar un alma de la muerte, y ocultar una multitud de pecados.
Una mirada, una palabra, aun el tono de la voz, pueden estar
henchidos de mentira, penetrar como una flecha en algún corazón, e
infligir una herida incurable. Así puede echarse una duda, un oprobio,
sobre una persona por medio de la cual Dios quisiera realizar una
buena obra, y su influencia se marchita y su utilidad se destruye.
Entre algunas especies de animales, cuando algún miembro del
rebaño es herido y cae, sus compañeros le asaltan y despedazan.
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El mismo espíritu cruel manifiestan ciertos hombres y mujeres que
se llaman cristianos. Hacen gala de un celo farisaico para apedrear
a otros menos culpables que ellos mismos. Hay quienes señalan
las faltas y los fracasos ajenos para apartar de sus propias faltas y
fracasos la atención, o para granjearse reputación de muy celosos
para Dios y la iglesia.
Unas pocas semanas después fui transportada en un sueño a una
de vuestras reuniones de investigación. Escuché las acusaciones de
los estudiantes en contra del Hno. _____. Esos mismos estudiantes
habían sido grandemente beneficiados por su enseñanza concienzuda
y fiel. Hubo un tiempo en que les faltaban palabras para encomiarlo.
En aquel tiempo estaba de moda tenerlo en estima. Pero ahora la
corriente fluía en dirección contraria. Estas personas han logrado
el desarrollo de su verdadero carácter. Vi un ángel con un libro
voluminoso en el cual apuntaba cada testimonio que se daba. Al
lado de cada testimonio estaban anotados los pecados, defectos y
faltas de cada uno de los que testificaban. Luego se registraba el
gran beneficio que estos individuos habían recibido de la labor del
Hno._____.
Como pueblo, estamos cosechando el fruto de la ardua labor de
nuestro Hno. _____. No hay nadie entre nosotros que haya dedicado
más tiempo y reflexión a su trabajo que él. Se ha dado cuenta de que
no tiene apoyo de nadie y agradece cualquier palabra de ánimo que
se le dirige.