Página 661 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 5 (1998)

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Naturaleza e influencia de los testimonios
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vuestra complacencia egoísta; por eso, no la obedecéis. Los
Testimo-
nios
de su Espíritu llaman vuestra atención a las Escrituras, señalan
vuestros defectos de carácter, y reprenden vuestros pecados; por eso,
no los escucháis. Y para justificar vuestra conducta carnal, y vues-
tro amor a la comodidad, empezáis a dudar de que los
Testimonios
sean de Dios. Si obedecieseis sus enseñanzas, estaríais asegurados
respecto de su origen divino. Recordad que vuestra incredulidad no
afecta su veracidad. Si son de Dios, habrán de subsistir”.
“Se me ha mostrado que la incredulidad en los testimonios de
amonestación, aliento y reprensión está excluyendo al pueblo de
Dios de la luz. La incredulidad les cierra los ojos, de manera que
quedan en la ignorancia de su verdadera condición. Piensan que es
innecesario el testimonio reprensivo del Espíritu de Dios, o que no
se les aplica. Los tales tienen suma necesidad de la gracia de Dios y
del discernimiento espiritual, para poder descubrir su deficiencia en
conocimiento espiritual”.
“Muchos de los que han apostatado de la verdad reconocen como
motivo de su conducta que no tienen fe en los
Testimonios
... Lo que
importa saber ahora es: ¿Renunciarán al ídolo que Dios condena, o
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continuarán en su errónea conducta de complacencia, rechazando
la luz que Dios les ha dado en reprensión de las cosas en las cuales
se deleitan? Lo que deben decidir es: ¿Me negaré a mí mismo y
recibiré como de Dios los
Testimonios
que reprenden mis pecados,
o rechazaré los
Testimonios
porque reprenden mis pecados?
“En muchos casos se reciben plenamente los
Testimonios
, se
rechaza el pecado y la complacencia, e inmediatamente se inicia
una reforma en armonía con la luz que Dios ha dado. En otros
casos, se sigue en las complacencias pecaminosas, se rechazan los
Testimonios
, y se dan a otros muchas excusas falsas acerca de la
razón que se tiene para negarse a recibirlos. No se da la
verdadera
razón. Es una falta de valor moral y de una voluntad fortalecida y
regida por el Espíritu de Dios para renunciar a los hábitos nocivos”.
“Satanás es hábil para sugerir dudas e idear objeciones al testi-
monio directo que Dios envía, y muchos piensan que es una virtud,
un indicio de inteligencia en ellos el ser incrédulos y presentar dudas.
Los que desean dudar, tendrán abundante ocasión para ello. Dios
no se propone evitarnos toda oportunidad de ser incrédulos. El da
evidencias, que deben ser investigadas cuidadosamente con mente