Página 694 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 5 (1998)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 5
cubiertas por formas supersticiosas y ceremonias que ocultaban su
verdadero significado.
Cristo vino para sacar los escombros que habían oscurecido
su brillo. Las puso, como joyas preciosas, en un nuevo engaste.
Demostró que muy lejos de desdeñar la repetición de las verdades
antiguas y familiares, había venido para exponerlas en su verdadera
fuerza y belleza, cuya gloria nunca había sido discernida por los
hombres de su tiempo. Siendo él mismo el Autor de estas verdades
reveladas, podía dar a conocer a la gente su verdadero significado,
librándolas de las falsas interpretaciones y teorías adoptadas por los
dirigentes con el fin de adaptarlas a su propia condición profana,
destituida de espiritualidad y del amor de Dios. Hizo a un lado lo que
había privado a estas verdades de vida y poder vital, y las devolvió
al mundo dotadas de toda su frescura y fuerza originales.
Si tenemos el Espíritu de Cristo y trabajamos con él, nos in-
cumbe llevar a cabo la obra que él vino a hacer. Las verdades de la
Biblia han vuelto a ser oscurecidas por la costumbre, la tradición y
las falsas doctrinas. Las enseñanzas erróneas de la teología popular
han hecho miles y miles de escépticos e incrédulos. Hay errores
e inconsecuencias que muchos denuncian como enseñanza de la
Biblia, que son realmente interpretaciones falsas de la Escritura,
adoptadas durante los tiempos de las tinieblas papales. Multitudes
han sido inducidas a aceptar un concepto erróneo de Dios, así como
los judíos, extraviados por los errores y las tradiciones de su tiempo,
tenían un falso concepto de Cristo. Si le “hubieran
conocido
, nun-
ca hubieran crucificado al Señor de gloria”.
1 Corintios 2:8
. Nos
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incumbe revelar al mundo el verdadero carácter de Dios. En vez
de criticar la Biblia, tratemos, por nuestros preceptos y ejemplo, de
presentar al mundo sus verdades sagradas y vivificadoras, a fin de
que podamos anunciar “las virtudes de aquel que os ha llamado de
las tinieblas a su luz admirable”.
1 Pedro 2:9
.
Los males que han ido penetrando gradualmente entre nosotros
han apartado imperceptiblemente a las personas y las iglesias de la
reverencia a Dios, y las han privado del poder que él desea darles.
Hermanos míos, dejemos que la Palabra de Dios se destaque tal
cual es. No se atreva la sabiduría humana a disminuir la fuerza de
una sola declaración de las Escrituras. La solemne denuncia que hay
en el Apocalipsis debe ser una advertencia contra una actitud tal.