Página 101 - Testimonios Selectos Tomo 5 (1932)

Basic HTML Version

Uno con Cristo en Dios
97
No hay modo más seguro de debilitar nuestra vida espiritual que el
ser envidiosos, sospechar unos de otros y dejarnos llevar por la crítica
y la calumnia. “Esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino
terrena, animal, diabólica. Porque donde hay envidia y contención,
allí hay perturbación y toda obra perversa. Mas la sabiduría que es
de lo alto, primeramente es pura, después pacífica, modesta, benigna,
llena de misericordia y de buenos frutos, no juzgadora, no fingida. Y
el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen paz.”
Santiago 3:15-18
.
La armonía y unión existente entre hombres de diversas tenden-
cias, es el más poderoso testimonio que puede ser dado de que Dios
envió a su Hijo al mundo para salvar a los pecadores. A nosotros
toca dar este testimonio, pero para hacerlo, debemos colocarnos bajo
las órdenes de Cristo; nuestro carácter debe estar en armonía con
el suyo, nuestra voluntad debe estar sometida a la suya. Entonces
[109]
trabajaremos juntos sin el menor pensamiento contrario.
Cuando uno se detiene en las pequeñas divergencias, uno es
llevado a cometer actos que destruyen la fraternidad cristiana. No
permitamos que el enemigo obtenga en esta forma la ventaja sobre
nosotros. Mantengámonos siempre más cerca de Dios y más cerca
unos de otros. Entonces seremos como árboles de justicia plantados
por el Señor, y regados por el río de la vida. ¡Cuántos frutos lleva-
remos! ¿No dijo Cristo: “En esto es glorificado mi Padre, en que
llevéis mucho fruto”?
Juan 15:8
.
El Salvador desea con todo su corazón cumplir el plan que Dios
tiene para nosotros, en toda su altura y toda su profundidad. Los
creyentes deben ser uno con él, aunque están dispersos en el mun-
do. Pero Dios no puede unirlos en Cristo si no están dispuestos a
abandonar su propio camino para seguir el suyo.
Cuando creamos sin reservas en la oración de Cristo; cuando
como pueblo de Dios, pongamos en práctica en nuestra vida coti-
diana las instrucciones que contiene, entonces veremos la unidad de
acción en nuestras filas. Los hermanos serán unidos con sus herma-
nos por las cadenas de oro del amor de Cristo. Sólo el amor de Dios
puede realizar esta unidad. Aquél que se santifica a sí mismo puede
santificar a sus discípulos. Unidos con él, estarán unidos los unos a
los otros en la fe más santa.