118
Testimonios Selectos Tomo 5
“¡Ah, cuán grande es aquel día! tanto, que no hay otro seme-
jante a él: tiempo de angustia para Jacob; mas de ella será librado.”
Jeremías 30:7
.
No todo el mundo ha tomado posiciones con el enemigo y contra
Dios. No todos se han vuelto desleales. Queda un remanente que
permanece fiel a Dios; porque Juan escribe: “Aquí está la paciencia
de los santos; aquí están los que guardan los mandamientos de Dios,
y la fe de Jesús.”
Apocalipsis 14:12
. Muy pronto una furiosa batalla
contra los que sirven a Dios será reñida por aquellos que no le sirven.
Muy pronto todo lo que es susceptible de ser removido lo será, de
[133]
modo que sólo lo inquebrantable subsista.
Satanás estudia la Biblia con cuidado. Con todo empeño trata
de contrarrestar la obra que el Señor está haciendo sobre esta tierra,
sabiendo que le queda poco tiempo. Es imposible dar una idea de lo
que experimentará el pueblo de Dios que viva en la tierra cuando se
combinen la manifestación de la gloria de Dios y la repetición de
las persecuciones pasadas. Andará en la luz que emana del trono de
Dios. Por medio de los ángeles, las comunicaciones entre el cielo y
la tierra serán mantenidas constantes. Por su parte Satanás, rodeado
de sus ángeles, y haciéndose pasar por Dios, hará toda clase de
milagros a fin de seducir, si posible fuese, aun a los escogidos. El
pueblo de Dios no hallará seguridad en la realización de milagros,
porque Satanás los imitará. En esta dura prueba, el pueblo de Dios
hallará su fortaleza en la señal mencionada en
Éxodo 31:12-18
.
Tendrá que afirmarse sobre la Palabra viviente: “Escrito está.” Es el
único fundamento seguro. Aquellos que hayan violado su alianza
con Dios, estarán entonces sin Dios y sin esperanza.
Lo que caracterizará de un modo peculiar a los adoradores de
Dios, será su respeto por el cuarto mandamiento; en efecto, en él
está la señal del poder creador de Dios y la evidencia de que él tiene
derecho a la veneración y homenaje de los hombres. Los malvados
se darán a conocer por sus esfuerzos en quebrantar el monumento
conmemorativo del Creador y elevar en su lugar la institución ro-
mana. En este conflicto, la cristiandad entera se encontrará dividida
en dos grandes clases: la que guardará los mandamientos de Dios
y la fe de Jesús y la que adorará la bestia y su imagen y recibirá su
marca. No obstante los esfuerzos reunidos de la iglesia y del estado
para compeler a los hombres, “pequeños y grandes, ricos y pobres,