La crisis final
117
“He aquí que Jehová vacía la tierra, y la desnuda, y trastorna su
haz, y hace esparcir sus moradores. Y será como el pueblo, tal el
sacerdote; como el siervo, tal su señor; como la criada, tal su señora;
tal el que compra, como el que vende; tal el que da emprestado,
como el que toma prestado; tal el que da a logro, como el que lo
recibe. Del todo será vaciada la tierra, y enteramente saqueada;
porque Jehová ha pronunciado esta palabra. Destruyóse, cayó la
tierra; enfermó, cayó el mundo; enfermaron los altos pueblos de la
tierra. Y la tierra se inficionó bajo sus moradores; porque traspasaron
las leyes, falsearon el derecho, rompieron el pacto sempiterno. Por
esta causa la maldición consumió la tierra, y sus moradores fueron
asolados; por esta causa fueron consumidos los habitantes de la
tierra, y se disminuyeron los hombres. Perdióse el vino, enfermó la
vid, gemieron todos los que eran alegres de corazón. Cesó el regocijo
de los panderos, acabóse el estruendo de los que se huelgan, paró la
alegría del arpa.”
Isaías 24:1-8
.
[132]
“¡Ay del día! porque cercano está el día de Jehová, y vendrá como
destrucción por el Todopoderoso. ¿No es quitado el mantenimiento
de delante de nuestros ojos, la alegría y el placer de la casa de nuestro
Dios? El grano se pudrió debajo de sus terrones, los bastimentos
fueron asolados, los alfolíes destruídos; porque se secó el trigo.
¡Cuánto gimieron las bestias! ¡cuán turbados anduvieron los hatos
de los bueyes, porque no tuvieron pasto! también fueron asolados
los rebaños de las ovejas.”
“Secóse la vid, y pereció la higuera, el granado también, la palma,
y el manzano; secáronse todos los árboles del campo; por lo cual se
secó el gozo de los hijos de los hombres.”
Joel 1:15-18, 12
.
“¡Mis entrañas, mis entrañas! Me duelen las telas de mi corazón:
mi corazón ruge dentro de mí; no callaré; porque voz de trompeta
has oído, oh alma mía, pregón de guerra. Quebrantamiento sobre
quebrantamiento es llamado; porque toda la tierra es destruida: en
un punto son destruidas mis tiendas, en un momento mis cortinas.”
“Miré la tierra, y he aquí que estaba asolada y vacía; y los cielos,
y no había en ellos luz. Miré los montes, y he aquí que temblaban,
y todos los collados fueron destruídos. Miré, y he aquí el Carmelo
desierto, y todas sus ciudades eran asoladas a la presencia de Jehová,
a la presencia del furor de su ira.”
Jeremías 4:19, 20, 23, 24, 26
.