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Testimonios Selectos Tomo 5
este tabernáculo que habitamos. Formad un círculo de lectura en el
cual cada miembro de la familia, poniendo a un lado los cuidados
del día, se dedicará al estudio. Padres, madres, hermanos, hermanas,
tomad a pecho esa tarea y veréis cuán ampliamente se beneficiará
con ello vuestra familia.
Sobre todo, los jóvenes que han tomado la costumbre de leer
novelas recibirán beneficios de este estudio de la velada en casa.
Jóvenes de ambos sexos, leed las obras que puedan daros un cono-
cimientos verdadero, para contribuir a la ayuda de toda la familia.
Decid con firmeza: “No quiero perder un tiempo precioso leyendo
lo que no me reportará ningún provecho y así me impedirá ser útil
para los demás. Quiero consagrar mi tiempo y mis pensamientos a
hacerme capaz de servir a Dios. Quiero apartar los ojos de las cosas
frívolas y culpables. Mis oídos pertenecen al Señor, y no quiero
escuchar los raciocinios sutiles del enemigo. Mi voz no quedará, en
ninguna manera, a la disposición de una voluntad que no esté bajo
la influencia del Espíritu de Dios. Mi cuerpo es templo del Espíritu
Santo y emplearé todas las facultades de mi ser para perseguir un
noble fin.”
El Señor ha designado a la juventud para que acuda en su ayuda.
Si en cada iglesia, ella se consagrase a él, si ella quisiese practicar
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en el hogar un espíritu de sacrificio, aliviando a la madre de familia
agotada por el trabajo, ésta hallaría tiempo para visitar a sus vecinos,
y los niños podrían ellos también, cuando se presentase la ocasión,
hacer algunas diligencias con espíritu de compasión y amor. Los
libros y las revistas que tratan de la salud y de la temperancia podrán
ser colocados en muchas casas. La difusión de esos impresos es
algo importante, porque, gracias a ellos pueden comunicarse co-
nocimientos preciosos acerca del tratamiento de las enfermedades,
conocimientos que resultarán en un gran beneficio para quienes no
pueden pagarse las consultas de un médico.
Los padres deberían tratar de interesar a sus hijos en el estudio
de la fisiología. Pocos jóvenes tienen un conocimiento preciso de
los misterios de la vida. Muchos padres no se interesan bastante en
el estudio del maravilloso organismo humano, de las relaciones y de
las dependencias de sus complicados órganos. Aunque Dios les dice:
“Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que
tengas salud, así como tu alma,” no comprenden, sin embargo, la